"Vuele bajo, porque abajo, está la verdad..."
9 de julio de 2011, es asesinado en Guatemala el cantante y compositor argentino Facundo Cabral.
Seguramente así figurará en diccionarios o en algún Wiki. Pero para los que escuchamos su suave y tranquila palabra, sus relatos en los que muchas veces nos identificamos porque eran relatos populares, de barrio; para quienes cantamos o tarareamos algunos de sus temas llenos de filosofía del barro de la calle de mi casa… es mucho más que eso.
Es que, precisamente, con ese cantar suave, con esas palabras tranquilas, con su constante manera de enseñarnos con paciencia que la adversidad se puede vencer si uno le pone ganas y humor, justamente con eso transmitía la mística de la búsqueda de un camino, el que cada uno eligiera, para cambiar las cosas.
“yo no se quien va mas lejos
la montaña o el cangrejo
pobrecito mi patrón piensa que el pobre soy yo
Quien sabe si el apoyarse
es mejor que deslizarse
pobrecito mi patrón piensa que el pobre soy yo
Mas que el oro es la pobreza
lo mas caro en la existencia
pobrecito mi patrón piensa que el pobre soy yo
Solamente lo barato
se compra con el dinero
pobrecito mi patrón piensa que el pobre soy yo
Que me importa ganar diez
si se contar hasta seis
pobrecito mi patrón piensa que el pobre soy yo”
En razón de su trabajo, deambulando por los escenarios del mundo, Facundo Cabral se encontraba en Guatemala dando su espectáculo. Y fue ahí donde fue víctima de la violencia imperante, la que genera ese “diablo orgulloso”, capitalismo infame, que él describía en una de sus canciones:
“El diablo es un señor almidonando países que está pasando por el momento de mayor violencia en toda su historia, según se puede consultar en el informe,
que nunca olvida el saco y el sombrero
Que vive en una casa con placares
para esconder el miedo y lo ajeno
El diablo es tan correcto como el hambre,
perfecto y ordenado como el fraude
A veces tiene panza y si no tiene,
es calvo como todos sus placeres.
El diablo tiene cola mas la esconde
en grueso portafolio color negro,
Donde lleva también los documentos
que lo autorizan a matar al pueblo.
El diablo pone el alma en las tribunas,
y escucha los discursos de los muertos
Se arrastra con orgullo por la historia
y se acuesta con pobrísimos recuerdos
El diablo se levanta muy temprano,
cansado del confort que lo encadena
Y corre por las calles presuroso
de compartir su astillo y su pena.
Lo he visto muchas veces como ustedes
en el espejo y el bolsillo de cualquiera,
En el seguro q asegura todo,
menos la paz, la luz, la primavera.
Lo he visto caminar al lado mío
y medir la moral y las polleras
Decidir el tamaño de la dicha,
la justicia, el honor y las ideas … “
Paradojas de la vida, quien había pregonado la paz moría bajo las balas.
Con las debidas distancias, su muerte me trajo a la memoria el asesinato de otro pacifista: Mohandas Caramchad Gandhi.
Esperemos que no sea una muerte en vano. Tal vez su muerte obligue o ayude a frenar tanta violencia en el país de una luchadora por la paz y por la reivindicación de su gente: Rigoberta Menchú.
Murió en una tierra manchada de sangre, quien tanto luchó por denunciar la injusticia, la pobreza, la dignidad necesaria de los seres humanos, la guerra, la voracidad de los que más tienen.
Facundo:
Donde estés sabrás que te recordaremos con aquella inolvidable poesía, porque “cuando un amigo se va, queda un espacio vacío...”