Aquí va esta nueva botella a tus manos, que te llegue al corazón.
domingo, 11 de febrero de 2007
9º MENSAJE DE NAUFRAGO :PADRE CARLOS MUGICA
Carlos Mugica, o
"Cuando los cristianos se atrevan a dar testimonio revolucionario pleno, la revolución Latinoamericana será invencible".(1)
Un 7 de octubre de 1930, en los comienzos de aquella terrible crisis económica mundial, llega al Buenos Aires dominado por el uriburismo fascistoide, con el nombre de Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe, quien después sería mas conocido como el Padre Carlos Mugica.
El Padre Carlos provenía de un hogar de clase media. Fue su padre, Adolfo Mugica (ex-diputado conservador del período 1938-42, y ex-ministro de Relaciones exteriores el presidente Arturo Frondizi en 1961) y su madre, Carmen Echagüe, hija de terratenientes adinerados de Buenos Aires. En este hogar, sin privaciones, contando con todas las posibilidades para desarrollarse, nace quien después dejaría su vida por los más pobres en un renunciamiento material buscando encontrar la tranquilidad de ser entre los otros. Como lo expresara Octavio Paz:
“Para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia”
Carlos Mugica, ese mismo que festejó la alegría de la oligarquía con la caída de Perón… y al que fue el pueblo humilde, ese mismo pueblo entre el que se mezcló, que le dio la clave para entender aquél movimiento popular desde las bases, desde la villa, desde la gente mas humilde.
A los 24 años colaboraba con el padre Iriarte en su trabajo social en los conventillos y casas de la parroquia de Santa Rosa de Lima.
Conoció a Gustavo Ramus, Fernando Abal Medina y Mario E. Firmenich, quienes, junto con Norma Arrostito, serían los fundadores de la organización peronista "Montoneros".
Viajó a París donde tomó contacto con el recientemente formado Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo, al cual adhiere incondicionalmente. Esto le va a acarrear un enfrentamiento con el Arzobispo Juan Carlos Aramburu que llegó a prohibir cualquier manifestación pública de cuestiones políticas –desconociendo, obviamente el Arzobispo, el origen y sentido de la palabra ciudad en su etimología griega POLIS y de allí política-…
Su activa militancia lo llevaría a recibir, el 2 de julio de 1971, una bomba que estalló en la casa de Gelly y Obes 2230, de la que nadie resultó herido. Siguió en su camino, por lo cual las amenazas continuaron, intentando disuadirlo por la fuerza para que abandonara su trabajo social.
LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
En pleno siglo XX una parte de la iglesia católica latinoamericana comenzó a tomar conciencia de la realidad social y económica en que vivían las clases humildes. Fue en 1955 que, obispos de todo el continente se encontraron en Río de Janeiro para la primera reunión plenaria del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano). Aunque las preocupaciones de los obispos —la difusión del protestantismo, el comunismo y el secularismo— parecían defensivas, empezaron también a reconocer los problemas sociales del continente. Había que generar respuestas nuevas
Hasta entonces la Iglesia como institución venía siendo útil a los privilegiados, pero en la medida en que ese sacerdote empezó a ser socialmente consciente, se dio cuenta de la complicidad de la Iglesia con ese injusto orden social. Mientras, por otro lado, la administración Kennedy lanzaba la Alianza para el Progreso, en que se combinaba la ayuda para un pretendido desarrollo acompañado con un aumento de los ejércitos y la policía para dar respuesta a la protesta social…
Por otra parte la clase media, en particular los estudiantes universitarios, fueron a trabajar directamente con los pobres. Paulo Freire, un maestro del nordeste brasileño, desarrolló un nuevo método para alfabetizar mediante un proceso de concientización. Los movimientos de estudiantes y de trabajadores de Acción Católica se fueron comprometiendo, así como importantes intelectuales católicos. Algunos cristianos empezaron a utilizar conceptos marxistas para analizar la sociedad. Y la iglesia entraba en crisis por su falta de acompañamiento y de presencia institucional al lado de los pobres, cuando la pobreza, de carácter estructural, requería a gritos cambios estructurales básicos y compromiso comunitario.
Los procesos dictatoriales producidos en América Latina no fueron producto de la casualidad. Fueron respuesta para frenar y silenciar.
Mientras tanto se generaban cambios: el Concilio Vaticano II producto de círculos teológicos progresistas gracias a quienes la Iglesia católica aceptó modestamente su condición de “peregrina” que camina al lado del resto de la humanidad. Los obispos del Tercer Mundo insistieron en que el documento sobre la Iglesia en el mundo moderno debería referirse al tema del desarrollo. El concilio llevó a los católicos latinoamericanos a adoptar una mirada mucho más crítica hacia la Iglesia y la sociedad.
“En Argentina un grupo de sacerdotes utilizó a su vez esta declaración de los “Obispos del Tercer Mundo” como su propio punto de arranque y se llamaron a sí mismos el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Grupos similares de sacerdotes surgieron en Perú, Colombia, México y por todas partes. Se convirtieron en los más ardientes articuladores de un nuevo sentido de crisis, posiblemente porque tenían que encarar la desigualdad entre los nuevos ideales que surgían del Concilio y la realidad cotidiana que vivían. En una ráfaga de manifiestos, esos grupos planteaban preguntas sobre el papel de la Iglesia. ¿El catolicismo reforzaba el fatalismo, actuando como “narcótico”? ¿Debería vender la Iglesia sus propiedades? ¿No deberían renunciar los sacerdotes a sus privilegios y vivir como la gente común? También criticaban la sociedad existente. Respondiendo implícitamente a las advertencias del Papa contra la violencia, un documento señaló un “modelo centenario de violencia producido por las existentes estructuras de poder económicas, políticas, sociales y culturales”. Las hermanas también empezaban a cuestionar los tipos tradicionales de trabajo, como la enseñanza en escuelas privadas, y a inclinarse por el trabajo pastoral con los pobres, pero no se declararon públicamente”.(2) En Argentina no llegaron a ser más de ochocientos los sacerdotes que adhirieron al Movimiento, en otros lugares de América Latina algo menos. Su trabajo se desarrollaba en los lugares donde los pobres estaban confinados lejos de la mano de Dios…
VOLVAMOS A ARGENTINA…
Mugica formó parte de la delegación que viajó a Madrid para acompañar el regreso de Perón. ¿Por qué lo hizo? Él mismo aclara: “ —Cuando el padre Vernazza y yo recibimos la invitación del Movimiento Justicialista para acompañar la delegación que iba a buscar al general Perón, decidimos viajar … por el hecho de que sentimos que teníamos que estar presentes … porque los más amplios sectores de la patria esperaban este acontecimiento…” Él cifraba su esperanza en que los graves problemas económico-sociales -tales como desocupación galopante, que tenía a un millón y medio de personas sin trabajo, demostración de la flagrante injusticia en que se vivía entonces y que ponía en estado de postración al país- con el regreso de Perón, como cumplimiento de un anhelo popular, tendría un principio de solución. Continúa Mugica: “Cuando yo volví, una de las alegrías más grandes fue que una señora de unos 50 años, de la villa, me dijo: "Los pobres también estábamos en el avión porque estaba usted". Y ellos saben perfectamente que yo no soy pobre, pero también saben perfectamente que yo estoy al lado de ellos”. Porque Mugica trabajaba en las villas de emergencia, como se llamaba por entonces a lo que hoy son asentamientos o simplemente agrupamientos de cartones bajo un puente, debajo de los cuales o entre los cuales habitan personas, los excluidos. Pero la diferencia evidente es que, por entonces, esos “villeros” tenían conciencia de su lugar en la sociedad y en la historia. Cuenta el padre que durante una peregrinación a Luján los villeros gritaban, “frente a la Virgen Santísima: "Las villas en la acción contra la explotación", "Las villas en la acción por la liberación". Ven en Cristo y la Virgen —precisamente— a aquellos que siempre estuvieron de parte de los pobres”, en sus propias palabras.
Sustentó sus ideas en que los pobres deben encontrar en los sacerdotes una solidaridad definitiva, “porque Jesucristo fue pobre y vivió siempre junto a los pobres, aunque luchó por la liberación de todos, pero desde los pobres; y pienso que la perspectiva de un sacerdote —hoy— debe ser desde los pobres. A partir de los pobres debe amar a todos. También debe amar a los ricos. Y precisamente por amor a los ricos tiene que hacerles ver que si no ponen su riqueza al servicio de la comunidad, no entrarán en el reino de los cielos”. (3)
La suma dio exacto. Dos y dos…
La militancia popular, los pies en el barro y al lado de la gente, entendiendo el sufrimiento y tendiendo la mano. Se le hizo carne que la verdadera teología de la liberación comienza por la liberación de uno mismo para poder confraternizar y dar espacio al hermano. Su tarea, en barrios humildes, al lado del dejado de lado, en las villas. Su compromiso diario. La renuncia a una vida holgada, cómoda, burguesa… fue imperdonable para muchos de los de su entorno, pero fue extremadamente peor para quienes vigilaban la conducta y los movimientos sociales de los duros setenta en que toda tarea comunitaria fue sospechosa, todo intento liberador tuvo el rótulo de subversivo, y a la teología de la Liberación se la combatió con los esbirros de la Triple A.
¿QUIÉN MATÓ A MUGICA?
“Hace muchos años que conocíamos a Carlos Mugica y más de una vez, en hechos protagónicos de las militancia peronista, convergimos con él públicamente. También son públicas nuestras profundas diferencias políticas con Mugica. Entendíamos que el papel cumplido por él en una apertura de la Iglesia Argentina hacia los sectores desposeídos … sus homenajes a los combatientes caídos durante la dictadura militar y sus definiciones a favor del pueblo proscrito, habían conformado una imagen pública que trascendía su concreta acción política, en buena parte contrapuesta a esa imagen y por tanto censurable. Desde la clausurada revista Militancia, fustigamos … su tendencia al exitismo, su vocación por el movimientismo, su ligazón a la burocracia político sindical, su reciente y abierto enfrentamiento con la juventud peronista, su apoyo a la política de López Rega en materia de villas eran éstas discrepancias con un hombre, que tal vez por su pertenencia a una estructura ambigua como es la iglesia, no asumía con plenitud la causa del pueblo, pero que sostenía sus posiciones con valentía y sin tapujos.
Así era a nuestro juicio, esta personalidad singular que el día sábado por la tarde fue acribillada a la salida de la iglesia…” reflexionaban acerca de la muerte del sacerdote y sobre quién habría sido el o los causantes de su muerte, dos jóvenes abogados en una nota editorial de una revista. (4)
Porque aquel 11 de mayo de 1974, cuando ya pasadas las 8 ya es de noche, cuando subía a su coche Renault 4-L que estaba estacionado junto a la iglesia de San Francisco Solano, donde había celebrado la misa, se acercó un hombre que extrajo un arma y lo baleó de cinco disparos de ametralladora en el abdomen y el pulmón y un tiro de gracia por la espalda. Este individuo de aspecto achinado, se bajó de un coche estacionado muy cerca. Luego se supo que era Rodolfo Eduardo Almirón, jefe de la Triple A, organización paramilitar y parapolicial creada a partir del regreso de Perón a la Argentina y cuyo jefe era José López Rega (a) El Brujo. (5)
MEDITACIÓN EN LA VILLA
Esta oración fue compuesta por el padre Mugica
SEÑOR, perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos que parecen tener ocho años tengan trece;
SEÑOR, perdóname por haberme acostumbrado a chapotear por el barro; yo me puedo ir, ellos no;
SEÑOR, perdóname por haber aprendido a soportar el olor de las aguas servidas, de las que me puedo ir y ellos no;
SEÑOR, perdóname por encender la luz y olvidándome de que ellos no pueden hacerlo;
SEÑOR, yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no: porque nadie hace huelga con su hambre;
SEÑOR, perdóname por decirles "no solo de pan vive el hombre" y no luchar con todo para que rescaten su pan;
SEÑOR, quiero quererlos por ellos y no por mi. Ayúdame.
SEÑOR, sueño con morir por ellos: ayúdame a vivir para ellos.
SEÑOR, quiero estar con ellos a la hora de la luz. Ayúdame.
Carlos Mugica (6)
LQS. Fuenteovejuna. Febrero 2007
http://www.loquesomos.org/lacalle/memoria/Carlosmugica.htm
(1 ) Frase del Che Guevara con que cierra el documento final de la Conferencia Internacional de Cristianos por el Socialismo Santiago de Chile, 1982.
(2) http://www.ensayistas.org/critica/liberacion/berryman/cap1.htm
(3) Las citas corresponden a http://www.magicasruinas.com.ar/revdesto053.htm
(4) Ortega Peña y Duhalde: ¿Quién mató a Mugica? En: Revista De Frente con las bases peronistas, segunda época año I nº 3 16 de mayo de 1974.
(5) Almirón: ver http://72.14.209.104/search?q=cache:kq-
El 31 de julio de 1974, el diputado Rodolfo Ortega Peña fue acribillado a balazos en Arenales al 900, pleno centro porteño. Recibió ocho tiros en la cabeza y muchos más en el cuerpo. Minutos antes había salido de cenar con su mujer, herida en el atentado, del restaurante King George de la Avenida Santa Fe. Activo defensor de presos políticos y diputado por el peronismo, tenía en el comisario Alberto Villar a su enemigo declarado. Se cree que Almirón integró el grupo que lo baleó.
El 20 de setiembre de 1974 fue asesinado Julio Troxler, sobreviviente de los fusilamientos de José León Suárez en 1956. Troxler ex subjefe de la policía de la provincia durante el gobierno de Héctor Cámpora, fue asesinado en Barracas luego de que un Peugeot 504 negro cerrara el paso de su auto. Sus asesinos lo obligaron a bajar, lo ametrallaron y lo remataron de un tiro en la cabeza. También se cree que Almirón participó del asesinato.
Una semana después, el abogado y pensador marxista Silvio Frondizi, hermano del ex presidente, fue secuestrado de su casa de la calle Cangallo. El secuestro fue resistido a balazos por su yerno, Luis Mendiburu, que fue asesinado. El cadáver de Frondizi apareció en los bosques de Ezeiza horas más tarde. Tenía más de cincuenta balazos, muchos de ellos en la cara. La familia está convencida de que Almirón formó parte del comando que asesinó a Frondizi.
Por estos cuatro crímenes está acusado hoy el ex subcomisario. Aunque hay elementos para sospechar que Almirón también formó parte del grupo de la Triple A que el 11 de mayo de 1974 asesinó al sacerdote Carlos Mugica a la salida de la parroquia San Francisco Solano, en Mataderos, donde había celebrado misa.
Mugica tenía un fuerte compromiso con los pobres. Había formado parte del contingente que acompañó a Perón en su retorno al país en noviembre de 1972. Días después, Perón le devolvió la visita en la capilla Cristo Obrero, de Retiro.
(6) http://www.magicasruinas.com.ar/revdesto053.htm
8º MENSAJE DE NÁUFRAGO: MARTA MOREIRA DE ALCONADA ARAMBURU MADRE DE PLAZA DE MAYO
esta botella llegó a tu playa, sacó el mensaje que lleva adentro, es muy importante que lo leas.
GRACIAS MARTA!
“Ya no sabemos a quién recurrir, ustedes son nuestra última esperanza”.
Estas palabras, de Marta Moreira de Alconada Aramburu se han inmortalizado, gracias a la tecnología, y serán testimonio de la condena por el genocidio para la memoria de las generaciones futuras.
Marta fue una de aquellas Madres que utilizó un blanco pañal de tela, como el que usó su hijo, y lo convirtió en pañuelo para ponerse en la cabeza como identificación en un reclamo que la hermanó a tantas otras mujeres cuyos hijos fueron desaparecidos durante la dictadura de Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera, Orlando Ramón Agosti, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri, Reinaldo Benito Bignone…
Sus palabras, su valentía, dejaron en carne viva para la historia, -nuestra historia- una protesta y una exigencia: “Aparición con vida, castigo a los culpables. Con vida los llevaron, con vida los queremos”.
Infinidad de veces vi a esa mujer a la que se le quebraba la voz cuando pedía “¡ayúdennos, ayúdennos!” al periodismo, con una expresión de infinito dolor en sus ojos, pero con un coraje a toda prueba en esos años de plomo.
Infinidad de veces me pregunté su nombre mientras sentía ese dolor, y esas palabras que me emocionaban cada vez que la escena pasaba en la pantalla en mas de un video sobre la época de la represión que hemos utilizado en el aula para que los alumnos tomaran contacto con aquellos hechos terribles.
Alguna vez un alumno preguntó cómo se llamaba aquella mujer. Yo también me había preguntado cuál sería su nombre.
La admiraba por su valor, sentía el sufrimiento que transmitía, sentía el dolor profundo que sus palabras comunicaban cuando se ahogaban su voz quebrada, pero no vencida.
Eso sí: Jamás vencida, porque jamás bajó los brazos en la búsqueda de su hijo, desaparecido durante la dictadura.
Según el testimonio de María Elvira Luis “El que estuvo ahí fue Domingo Alconada Aramburu, lo habían detenido con un grupo de estudiantes ”. (1)
Domingo Roque Alconada Aramburu, de 24 años, fue secuestrado el 22 de diciembre de 1976. Fue visto en la Guardia de Infantería de la ciudad de La Plata en diciembre de 1976. El testimonio citado anteriormente da cuenta de su paso por el centro clandestino de detención denominado vulgarmente por los represores como “la cacha”. ¿Y luego?
Marta jamás dejó de buscar a su hijo, de pensar en reencontrarse con él, de preocuparse por su suerte.
Su lucha, la lucha de todas las Madres, dio sus frutos, ya que sigue todos los días a pesar de que Marta Moreira de Alconoada Aramburú falleció el pasado 15 de junio de 2006.
Ahí supe tu nombre y lloré, porque todos estos años estuviste cerca de mí, te tuve tan presente y acompañé tu dolor y tu lucha con mi lucha cotidiana desde el aula. Y recién ahora supe tu nombre.
Se que no es tarde, que hay que celebrar tu vida, tu lucha y la de tantas otras y otros que la continuarán por vos.
No lograron doblegarte, ni podrán desatar ese pañuelo que decidiste usar desde que se llevaron a tu hijo.
Gracias, Marta.
Sobre la plaza llueve
y bajo el aguacero
yo pienso en tu sonrisa
y en tu pelo de sol.
Y entonces en la plaza
florecen primaveras
y evoco tu mirada
para encontrar tu luz.
Y siento que tus manos
desatan el pañuelo
que cubre mi cabeza
desde que te perdí. (2)
LQS Fuenteovejuna . Julio 2006
http://www.loquesomos.org/lacalle/memoria/Marta.htm
Buenos Aires. Argentina
(1) http://www.nuncamas.org/testimon/luis_maria.htm .Testimonio de María Elvira Luis , ex detenida desaparecida en La Cacha , centro ilegal de detención ubicado detrás de la cárcel de Olmos. La Plata, 24 de marzo de 1999.
(2) Sobre la plaza llueve: Cito de memoria la letra de esta canción de la que no recuerdo el autor, aunque sí recuerdo que la cantaba Silvina Garré.
GRACIAS MARTA!
“Ya no sabemos a quién recurrir, ustedes son nuestra última esperanza”.
Estas palabras, de Marta Moreira de Alconada Aramburu se han inmortalizado, gracias a la tecnología, y serán testimonio de la condena por el genocidio para la memoria de las generaciones futuras.
Marta fue una de aquellas Madres que utilizó un blanco pañal de tela, como el que usó su hijo, y lo convirtió en pañuelo para ponerse en la cabeza como identificación en un reclamo que la hermanó a tantas otras mujeres cuyos hijos fueron desaparecidos durante la dictadura de Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera, Orlando Ramón Agosti, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri, Reinaldo Benito Bignone…
Sus palabras, su valentía, dejaron en carne viva para la historia, -nuestra historia- una protesta y una exigencia: “Aparición con vida, castigo a los culpables. Con vida los llevaron, con vida los queremos”.
Infinidad de veces vi a esa mujer a la que se le quebraba la voz cuando pedía “¡ayúdennos, ayúdennos!” al periodismo, con una expresión de infinito dolor en sus ojos, pero con un coraje a toda prueba en esos años de plomo.
Infinidad de veces me pregunté su nombre mientras sentía ese dolor, y esas palabras que me emocionaban cada vez que la escena pasaba en la pantalla en mas de un video sobre la época de la represión que hemos utilizado en el aula para que los alumnos tomaran contacto con aquellos hechos terribles.
Alguna vez un alumno preguntó cómo se llamaba aquella mujer. Yo también me había preguntado cuál sería su nombre.
La admiraba por su valor, sentía el sufrimiento que transmitía, sentía el dolor profundo que sus palabras comunicaban cuando se ahogaban su voz quebrada, pero no vencida.
Eso sí: Jamás vencida, porque jamás bajó los brazos en la búsqueda de su hijo, desaparecido durante la dictadura.
Según el testimonio de María Elvira Luis “El que estuvo ahí fue Domingo Alconada Aramburu, lo habían detenido con un grupo de estudiantes ”. (1)
Domingo Roque Alconada Aramburu, de 24 años, fue secuestrado el 22 de diciembre de 1976. Fue visto en la Guardia de Infantería de la ciudad de La Plata en diciembre de 1976. El testimonio citado anteriormente da cuenta de su paso por el centro clandestino de detención denominado vulgarmente por los represores como “la cacha”. ¿Y luego?
Marta jamás dejó de buscar a su hijo, de pensar en reencontrarse con él, de preocuparse por su suerte.
Su lucha, la lucha de todas las Madres, dio sus frutos, ya que sigue todos los días a pesar de que Marta Moreira de Alconoada Aramburú falleció el pasado 15 de junio de 2006.
Ahí supe tu nombre y lloré, porque todos estos años estuviste cerca de mí, te tuve tan presente y acompañé tu dolor y tu lucha con mi lucha cotidiana desde el aula. Y recién ahora supe tu nombre.
Se que no es tarde, que hay que celebrar tu vida, tu lucha y la de tantas otras y otros que la continuarán por vos.
No lograron doblegarte, ni podrán desatar ese pañuelo que decidiste usar desde que se llevaron a tu hijo.
Gracias, Marta.
Sobre la plaza llueve
y bajo el aguacero
yo pienso en tu sonrisa
y en tu pelo de sol.
Y entonces en la plaza
florecen primaveras
y evoco tu mirada
para encontrar tu luz.
Y siento que tus manos
desatan el pañuelo
que cubre mi cabeza
desde que te perdí. (2)
LQS Fuenteovejuna . Julio 2006
http://www.loquesomos.org/lacalle/memoria/Marta.htm
Buenos Aires. Argentina
(1) http://www.nuncamas.org/testimon/luis_maria.htm .Testimonio de María Elvira Luis , ex detenida desaparecida en La Cacha , centro ilegal de detención ubicado detrás de la cárcel de Olmos. La Plata, 24 de marzo de 1999.
(2) Sobre la plaza llueve: Cito de memoria la letra de esta canción de la que no recuerdo el autor, aunque sí recuerdo que la cantaba Silvina Garré.
7º BOTELLA AL MAR: EL PROCESO DE BRAGADO
Esta botella lleva un mensaje de reivindicación de una memoria. Es necesario conocerla.
Es preciso que nos entendamos
Yo hablo de algo seguro
Y de algo posible.
Seguro es que todos coman
Y vivan dignamente
Y es posible saber algún día
Muchas cosas que hoy ignoramos.
Entonces es necesario que esto cambie.
LA LUNA CON GATILLO (Raúl González Tuñon)
"LEY N° 666 La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sanciona con fuerza de Ley:
EMPLÁZASE OBRA ESCULTÓRICA EN RECORDACIÓN A SANTIAGO MAININI, RECLÚS DE DIAGO Y PASCUAL VUOTTO, VÍCTIMAS DEL "PROCESO DE BRAGADO". Buenos Aires, 27 de septiembre de 2001"
SANTIAGO MAININI, RECLÚS DE DIAGO, PASCUAL VUOTTO.
Se los ha llamado "Los Sacco y Vanzetti argentinos" (1)
Pascual Vuotto, Reclus de Diago y Santiago Mainini eran tres decentes y humildes trabajadores. Vuotto era trabajador ferroviario, había pasado muchas penurias para conseguir ese trabajo. Su niñez había sido muy dura, y debió dejar la escuela para colaborar con la economía familiar. Tenía una formación autodidacta, y le gustaba muchísimo la lectura. Conocía los clásicos, leía permanentemente. Reclus de Diago y Santiago Mainini, obreros ladrilleros. Los tres sostenían ideas libertarias. Los tres trabajaban duramente para mantener a sus familias.
Se dice muchas veces que tal o cual época fue "de plomo" para la clase trabajadora. La clase trabajadora vivió siempre épocas de plomo, única forma en que las clases dominantes se aseguran sus privilegios, al no permitirles la más mínima situación de desahogo. Mantenerlos siempre al borde de la miseria y la ignorancia posibilita sus fines.
La historia de estos tres luchadores anarquistas es una mas de las injusticias acumuladas a lo largo de la historia y tiene algunos paralelos con las de Sacco y Vanzetti.
Durante la década del 70/80 conocí la historia de Vuotto, de Diago y Mainini, y comencé a buscar mas información. Escribí una pequeña defensa de sus nombres. La publiqué.
Pero me faltaba llegar a ellos ya que suponía que los podría entrevistar, deseaba conocerlos para manifestarles mi admiración y mi -aunque tardía- solidaridad y respeto.
No quiso el destino que Mainini y de Diago vivieran para entonces, pero Voutto sí. Aunque seguí indagando no pude dar con él.
Pero en la vida no hay casualidades...
Cierta tarde entré a husmear libros en una librería y me topé con un video: "El proceso de Bragado", leí, realizado por Mariana Arruti.
Por supuesto que lo llevé. Al fin , con enorme emoción, pude conocer a Pascual Vuotto, pero también por ese medio me enteré que durante el tiempo que duró la filmación Vuotto había fallecido.
A pesar de la triste noticia que me golpeó, ya que conservaba aun la esperanza de encontrarme con Vuotto, sentí que algo había logrado, que había podido cumplir mi objetivo y conocer a uno de los presos de Bragado.
Fue entonces que me prometí divulgar la verdad de lo que les había ocurrido.
Aquí vamos.
LA ÉPOCA
En 1930 un golpe de Estado sacó del poder al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen. Al "Peludo" le tocó gobernar durante su segunda presidencia con un clima internacional adverso, provocado por la crisis que el sistema capitalista le trasladó al mundo. La "Crisis" exportada desde EEUU al resto de los "globalizados" (forma elegante y eufemismo por dependientes, dominados, sojuzgados, colonias), se tradujo en inestabilidad económica, caida de las exportaciones, desocupación, protestas, huelgas... represión.
El golpe, pergeñado por una alianza de radicales antipersonalistas (opuestos al sector radical liderado por Yrigoyen), a la que se sumaron los anti pueblo de siempre (conservadores, provenientes de la oligarquía terrateniente), llegó al poder de la mano del gral. José Félix Uriburu.
La enorme represión al sector obrero ahondó las penurias por las que atravesaba. Es de aquellos tiempos en que la "picana" eléctrica pasó a ser de uso corriente en las comisarías para lograr la confesión de los detenidos.
La dictadura fascista de Uriburu, llegó con su secuela de fusilamientos dirigidos, sobre todo, a los luchadores sociales que abrían camino y conciencias, cosa que asustaba al régimen y lo hacía más perversamente represor.
Fueron fusilados Joaquín Penina en Rosario, Severino Di Giovanni y Francisco Scarfó en la Penitenciaría de la calle Las Heras, entre otros, por aplicación de la ley marcial.
A otros, como José Santos Cires, José María Montero y Florindo Gayoso de la Unión Choferes adherida a la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), se les conmutó la pena de muerte a último momento por la cadena perpetua a cumplir en el penal de Usuhaia.
En 1932, en unas pretendidas elecciones "Libres" que evidenciaron claramente la corrupción del régimen, llegó al gobierno, en lo que se conoce como Década Infame, el gral. Agustín P. Justo. Se levanto el estado de sitio, pero el control policial sobre el movimiento obrero continuaba. Fueron continuas las deportaciones de extranjeros, sobre todo italianos y españoles, socialistas y anarquistas.
En ese marco histórico se producen los procesos de Bragado contra Pascual Vuotto, Santiago Mainini, Reclus de Diago; también el de los ladrilleros de San Martín, Celio Conti, Adelino Domínguez, Domingo Perotti y otros compañeros; los procesos de Asociación Ilícita a los afiliados de la Unión Choferes, Lavadores de Autos y Obreros Panaderas de la FORA. No por casualidad se producían estas persecuciones y represión sobre el movimiento obrero y anarquista.
Durante los años 1930 a 1943 se utiliza el "fraude patriótico", recurso con el cual los corruptos pudieron conservar el poder y desde allí manejar no sólo sus intereses sino aplicar con violencia el "disciplinamiento" de la clase obrera que protestaba por la tremenda desocupación, la miseria del pueblo y la corrupción del poder.
Mientras, la FORA se reunía en las Reuniones Regionales de Rosario en 1934 y Diamante en 1938. En septiembre-octubre de 1932 se realiza en Rosario el 2º Congreso Anarquista Regional que aprueba la creación del Comité Regional de Relaciones Anarquistas (CRRA), que da paso en Octubre de 1935 a la Federación Anarco Comunista Argentina (FACA), que en la década del 50 se transforma en la Federación Libertaria Argentina (FLA). Aparecían con dificultades los periódicos "La Protesta", "La Obra" (ex La Antorcha) Y "Organización Obrera" órgano de la FORA así como la revista "Nervio". Son constantes las huelgas obreras. Cuando entran en huelga los frigoríficos el gobierno los ocupa militarmente, reprimen a los piquetes de huelga, detienen a unos seiscientos trabajadores y deportan a otros por la Ley de Residencia. En Berisso, se ocupan los barrios obreros. Se acentúa la represión en toda la zona de Berisso, Ensenada y La Plata. Huelga General de Masas de enero de 1936. Una huelga Metalúrgica de 1942. Participaron veintidós mil huelguistas, se desarrolló entre el 26 de junio y el 13 de julio.
LOS HECHOS
1931. enfrentamientos entre conservadores y radicales. Un año antes había sido derrocado el presidente Hipólito Yrigoyen, y el vigente "fraude patriótico" no permitía que los radicales volvieran al poder. Los radicales contestaban con la actitud revolucionaria.
Los hechos se desencadenan cuando una bomba camuflada en una encomienda enviada bajo la forma de un cajón conteniendo manzanas, fue entregado en el domicilio de la familia de José Blanch (de origen conservador)
La explosión causó la muerte de María Enriqueta Blanch y Paula Arruabarrena, además de una tercera mujer herida.
Enseguida fueron detenidos dos punteros del comité radical, Melchor Durán y Juan Perutti. Este último intentó suicidarse mientras se encontraba en la cárcel.
La intervención de un comisario de afinidad política con los radicales, de nombre Germán Parissi, quien -se supo mucho después- fue el autor del anónimo acusando a los tres anarquistas, dio vuelta la investigación y desplazó el conflicto hacia la dirección que para los sectores de poder resultaba, si se quiere desde un punto de vista clasista, claramente "correcto". Aunque se comprobó la falsedad del anónimo, la policía siguió adelante con la investigación. Los radicales quedaron en libertad, y comienza la caza de los anarquistas de la zona. Sus domicilios son violados, sus libros y pertenencias revisados y destruidos. Se los detiene y ya en la cárcel fueron torturados salvajemente.
Los tres anarquistas, ajenos por completo al hecho, tuvieron por defensores a Enrique Corona Martínez y a Carlos Sánchez Viamonte.
El comisario que los detuvo fue Enrique Williman, y el fiscal que los acusó sin pruebas fue Juan Augé. (con lo cual queda absolutamente demostrado que se los persiguió sólo por anarquistas, cuando, los que los acusaban, detenían, ofendías, torturaban y violaban sus elementales derechos, eran los únicos que deberían haber sido detenidos).
En un proceso sin garantías, sometidos a torturas policiales reconocidas en el juicio por el médico de la institución, Francisco Macaya -cuya dignidad y valentía contrastaron con la decisión del juez Juan Carlos Díaz Cisneros que anuló la declaración por falso testimonio-, los tres anarquistas fueron condenados a prisión perpetua.
Desde la cárcel, Vuotto siguió su lucha. Desde afuera llovían los apoyos. Su mujer era la encargada de llevarle los mensajes de solidaridad. Y cada visita constituía un nuevo mensaje que Vuotto hacía llegar al mundo para que se comprobara su inocencia.
Así se originó el periódico "Justicia".
El apoyo de los obreros a los tres detenidos injustamente, llegó al punto de que se originara una gran campaña. Anarquistas, socialistas, comunistas, trabajadores independientes, organizaron giras, mítines, publicaron periódicos donde se difundía la situación por la que pasaban los detenidos de Bragado.
Hubo manifestaciones y reclamos de personalidades de todo el mundo. También exigencias llegadas desde Comités de Solidaridad.
En 1942, el entonces ministro Vicente Solano Lima promovió y logró el indulto firmado por el gobernador Rodolfo Moreno de estos inocentes.
Aunque habrían podido quedar libres, su dignidad y sus principios no les permitieron aceptar salir en libertad por perdón ni indulto. Si eran inocentes ¿por qué se los iba a perdonar o a indultar?.
Exigían un juicio limpio.
Las torturas, no sólo físicas sino sicológicas, la angustia acumulada por ver a sus familias pasar por tantas penurias, no los hizo bajar los brazos. Desde la cárcel Vuotto escribía y desde afuera recibía la fuerza del apoyo de sus compañeros. Sin embargo la injusticia fue el castigo mas duro. Alguien llegó a afirmar una vez que "del penal salieron tres sombras que luego se perdieron entre la multitud que los había ido a recibir".
La verdad se supo. Alfredo Chulivert, un militante conservador y jefe de la estación Bragado, había enviado el artefacto explosivo por razones pasionales respecto a la cuñada de Blanch.
Pero el daño ya estaba consumado.
ERAN TRES
Debieron pasar 62 años para que, por un proyecto del socialista Dr. Guillermo Estévez Boero quedara convertido en ley por los legisladores de la provincia de Buenos Aires. Estévez Boero, siempre lamentó que Vuotto falleciera antes de la sanción de la ley.
La ley comienza diciendo: "Desagráviese el nombre y la memoria de Santiago Mainini, Reclus de Diago y Pascual Vuotto, por la injusta sentencia que recayera sobre ellos condenándolos a reclusión perpetua por el homicidio de María Enriqueta Blanch y de Paula Arruabarena".
Las leyes no van sincronizadas con las necesidades humanas, sino que las preceden. En este caso la ley, que llegó tarde.
Los compañeros, no obstante, se encargaron de difundir la inocencia de los detenidos. Le legitimidad de la causa superó la legalidad tardía.
ME SIRVE Y NO ME SIRVE
No existen leyes ni palabras que puedan reivindicar la barbaridad cometida contra estos tres mártires. Tampoco existen palabras que puedan contener y expresar lo que estos hombres sufrieron. No sirven las leyes que amparan a los corruptos porque fueran hechas por corruptos para perpetuarse.
Sí nos sirve el ejemplo de su lucha. Sus principios éticos. Su militancia.
Otro detenido, en esta situación, tal vez hubiera aceptado la limosna del indulto o el perdón, tanto mas agraviante que la situación a la que fueron condenados.
Ellos prefirieron salir recién cuando contaron con la seguridad de que no se los perdonaba de nada, porque nada habían hecho mas que tener una clara identificación ideológica que fue, en suma, lo que los llevó a ser condenados.
"Lo de Bragado fue un simulacro de juicio, se procesaron las ideas", dijo Pascual Vuotto.
Por mas que la Legislatura bonaerense aprobó una pensión para Themis Vuotto(2), nacida, paradójicamente, aquél fatídico 1931.
Nos queda el deber, ineludible, de seguir dando testimonio a las generaciones que nos continúan, de la verdadera historia de estos tres inocentes. Debemos contarles a nuestros hijos de qué es capaz el sistema con tal de perpetuarse. De qué es capaz el egoísmo y la cobardía. De qué son capaces las elites para "cambiar algo y que nada cambie".
Abran bien los ojos, estén atentos y lúcidos. Hay muchos Vuotto, Mainini y de Diago -menos mal!- todavía en la lucha diaria.
Para ellos, los que quiero recordar en esta nota, con admiración por su lucha, va:
Santiago Mainini ¡Presente!
Reclus de Diago ¡Presente!
Pascual Vuotto ¡Presente!
(1) Osvaldo Bayer.
(2) Themis significa Justicia.
Fuenteovejuna.
http://www.loquesomos.org/lacalle/memoria/Sucedioenbragado.htm
6º MENSAJE DE NAUFRAGO: 22 DE AGOSTO DE 1972. LOS FUSILADOS EN TRELEW
Los fusilados de Trelew
Las circunstancias
Para comienzos de los setenta, Argentina pasaba por un momento muy difícil. Las grandes diferencias sociales incrementaban las protestas, y la actividad guerrillera, polarizada básicamente en dos grandes movimientos: ERP y Montoneros, y otras organizaciones que habían decidido llevar la lucha armada para terminar con los regimenes que sólo colaborasen con la profundización de la dictadura.
Ambos grupos se ocupaban de búsqueda de armas y dinero para reforzar sus poder frente al gobierno de turno.
Mientras, Perón, desde su exilio en Madrid, no cesaba de alentar la actividad guerrillera, hablando del “socialismo nacional”, argumento falaz, el tan mencionado doble discurso. Mientras con una mano acariciaba un proyecto, negociaba con la otra con otras fuerzas políticas un proyecto opuesto…
Por su parte, los políticos “tradicionales”, mientras tanto, convocaron a un acuerdo entre las “principales fuerzas políticas”, que concluyó como “La Hora del Pueblo”, declaración que buscaba una lucha por una salida electoral. Gobernaba entonces el gral. Marcelo Levingston quien, atento a la problemática económica interna, dio un volantazo al liberalismo imperante y colocó frente al Ministerio de Economía a Aldo Ferrer, mientras que se impulsaba la ley del “compre nacional” con la cual se intentaba mejorar la situación de las industrias nacionales en el mercado interno.
Duros tiempos aquellos que se constituían como los negros nubarrones que anunciarían lo que en pocos años sería la mas cruenta dictadura militar que sufrió Argentina.
A comienzos de 1971 el gobernador de Córdoba, Camilo Uriburu, declaró que aspiraba a terminar con la oposición estudiantil y gremial que había llevado adelante el Cordobaza (1969), y la comparó con una víbora venenosa. Uriburu pedía a Dios que le deparara “el honor histórico de cortar de un solo tajo la cabeza de esa víbora”. A los pocos días se sacudió el país con un segundo Cordobazo, llamado, a propósito, el “viborazo”. Se desmoronó la gestión Levingston. El odio que emergía poco a poco…
Asumió la presidencia (de facto) el gral. Alejandro Agustín Lanusse. La violencia social crecía, y la continuidad del gobierno militar se hacía difícil. Era imperioso dar una salida electoral, sacarse la “papa caliente” de las manos y que otros trataran de timonear el vendaval. La declaración de la “hora del Pueblo” aun no lograba terminar con la proscripción del peronismo para una digna transición a la democracia. Lanusse propuso el Gran Acuerdo Nacional (GAN) y anunció la convocatoria a elecciones para marzo de 1973. Luego comenzó negociaciones con Perón de quien suponía que “no le daría el cuero” para volver. Negociaron hasta la devolución del cadáver de “esa mujer” (1). La transición a un gobierno civil –lo que implicaba el regreso de Perón, aunque para ello debía ser derogado el famoso “decreto 4161” que prohibía su regreso, su nombre, la marcha peronista, etc. es decir, debía desaparecer la proscripción-.
“Horas se podría estar contando esta historia
y otras parejamente tristes
sin calentar un solo gramo del país
sin calentarle ningún pie
¿Acaso no está corriendo la sangre
de los 16 fusilados de Trelew?
por las calles de Trelew y demás calles del país
¿No está corriendo la sangre?
¿Hay algún sitio del país donde esa sangre
no está corriendo ahora? “( Juan Gelman)
Tal vez, presagiando la oscura noche de terror que se desataría aquel 24 de marzo de 1976, los hechos de Trelew fueron su prólogo mas directo.
Ya el ciclo militar inaugurado por la “revolución” Argentina estaba llegando a su fin. Gobernaba por entonces el gral. Alejandro Agustín Lanusse. Mientras, en el sur, en Trelew, ciudad de Chubut, en la base Almirante Zar, prestaba servicio un tal Capitán de Corbeta Luis Emilio Sosa que había sido adiestrado en Fort Gulick (Panamá).
Fort Gulick
Nació en el marco de la Guerra Fría, y dependería la aplicación de la conocida como Doctrina de Seguridad Nacional , en Fort Amador , Panamá. Primero fue el Latin American Training Center - Ground Division ("Centro de entrenamiento latinoamericano - División de tierra") y tenía como misión convertirse en el instrumento sirviera para cimentar la influencia de los EEUU en el terreno político de los países de América Latina a fin de contrarrestar la acción y la propaganda de las organizaciones populares de ideología marxista o movimientos sociales de izquierda . Muchos gobernantes y militares latinoamericanos (muchos militares que luego serían gobernantes…) pasaron por Fort Gulick.
Escuela de las Américas en Panamá.
Fue en 1950 en que recibió el nombre de United States Army Caribbean School ("Escuela del Caribe del Ejército de los Estados Unidos"), entonces fue trasladada a Fort Gulick y se adoptó el español como idioma oficial de la academia. En julio de 1963 el centro se reorganizó bajo el nombre oficial United States Army School of the Americas (USARSoA), o más conocida como Escuela de las Américas .
Desde su sede la SoA adiestró en la Doctrina de la Seguridad Nacional a multitud de integrantes de diversos gobiernos americanos, algunos de ellos violentos regímenes totalitarios. Entre cursos o entrenamientos incluían técnicas de contrainsurgencia, operaciones de comando, tiro franco, guerra psicológica , inteligencia militar y tácticas de interrogatorio (tortura incluida). Manuales militares de instrucción de esta iniciativa, entonces confidenciales, se desclasificaron o publicaron en 1996 por el Pentágono , ahí cobró vida pública la violación sistemática y permitida de fundamentales derechos humanos, el uso de la tortura , o la ejecución sumaria , aplicados contra detenidos provenientes de organizaciones vinculadas a la lucha en el campo popular. Por eso también se la conoce con el nombre de “Escuela de Asesinos” pues, entre los graduados se encuentran pues, entre los graduados se encuentran: General Manuel Noriega, General Hugo Banzer, Roberto D'Aubuisson , General Héctor Gramajo , General Roberto Eduardo Viola ; Leopoldo Fortunato Galtieri , General Guillermo Rodríguez , Vladimiro Montesinos , y sigue la lista…. En la que encontramos a un capitán de corbeta de nombre Luis Emilio Sosa y en Fort Gulick lo adiestraron para ser un idóneo en la "lucha antiguerrillera".
Aprendió bien.
Los detenidos
Agosto de 1972, base naval Almirante Zar, Trelew, provincia de Chubut. Seis días antes de al tragedia los presos políticos pertenecientes a algunas de las distintas organizaciones guerrilleras -FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), Montoneros, ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo)-. Tenían planeada su evasión, según la cual iban a abordar un avión civil con el cual volarían a Chile donde el gobierno de Salvador Allende les daría asilo.
Por fallas en el cumplimiento del plan la fuga no se pudo concretar con éxito, por lo que sólo 19 pudieron llegar a Chile, y el resto se rindió ante un juez, frente a autoridades militares y la prensa, exigiendo la garantía de seguridad. El capitán de corbeta Luis Emilio Sosa comprometió su palabra en este sentido, escena que fue presenciada y corroborada por el coronel retirado Luis César Perlinger, cuyo testimonio le valió ser sancionado con un arresto.
Una vez terminado el espectáculo para el público, violando sus promesas, los marinos sometieron a los prisioneros a un régimen de terror. En la noche del lunes 21 se les impartió una orden insólita: salir de sus celdas con la vista fija en el piso y detenerse ante la puerta en dos hileras de a uno en fondo. Fue entonces cuando los uniformados comenzaron a disparar sus ametralladoras. Recién al amanecer comenzó a pergeñarse la versión oficial que sería dada a conocer. Según esta versión Mariano Pujadas habría intentado arrebatarle la pistola a Sosa, con lo cual se justificaba la brutalidad de la masacre. Del total, sólo tres: María Antonia Berger, Albeit Camps y Ricardo Haidar, aunque malheridos, salvaron sus vidas por un descuido de sus verdugos. La excusa mas fuerte fue de otra pretendida fuga, argumento que cae por tierra si se considera que tanto Pujadas como el resto del grupo, incluida la mujer de Santucho, grávida de ocho meses, sabían perfectamente que no tenía sentido alguno pretender huir, contra los dos mil hombres de la guarnición, contra los tanques, los carriers, las tanquetas… y menos todavía en la inhóspita zona a la que debían ingresar. Por lo tanto, era impensable, y por lo mismo ese 22 de agosto la masacre fue planificada detalladamente: no debía haber soldados conscriptos, sólo oficiales y suboficiales de los más fieles, nada de testigos que pudieran “aflojar” con posterioridad.
Los mantuvieron incomunicados mientras imperaba una férrea censura de prensa. Con respecto a los muertos, la sede del Partido Justicialista donde eran velados fue asaltada por comisario Alberto Villar -luego jefe de policía de Perón y uno de los mentores de la Triple A- con tanquetas.
Pero además, la sede de la Asociación Gremial de Abogados fue dinamitada, se exterminó a las familias de Clarisa Lea Place, Roberto Santucho y Mariano Pujadas, la mayor parte de los hermanos y hermanas de los fusilados están hoy desaparecidos y el letrado Mario Amaya, que escoltó con su auto al micro de la armada que había trasladado a los detenidos hasta la base naval, fue asesinado durante la última dictadura. La masacre de Trelew dejaría abierta la puerta para continuar con el exterminio planificado de miles de personas unos años mas tarde, y tal vez, recordando aquellos trágicos tiempos de una Patagonia ensangrentada por la lucha de pioneros sociales.
Los fusilados
Carlos Alberto Astudillo (FAR). Nació en Santiago del Estero en el 17 de agosto de 1944 (28 años), estudiante de medicina en la Universidad de Córdoba. Había sido detenido el 29 de diciembre de 1970 y brutalmente torturado.
Rubén Pedro Bonet (PRT-ERP). Nació en Buenos Aires el 1 de febrero de 1942 (30 años), casado y padre de dos chicos, Hernán y Mariana, de 4 y 5 años. Perteneciente a una familia muy modesta abandonó sus estudios para ingresar como obrero en Sudamtex y Nestlé. Había sido detenido en febrero de 1971.
Eduardo Adolfo Capello (PRT-ERP). Nació en Buenos Aires el 3 de mayo de 1948 (24 años), estudiante de ciencias económicas y empleado. Había sido detenido en febrero de 1971.
Mario Emilio Delfino (PRT-ERP). Nació en Rosario el 17 de septiembre de 1942 (29 años), casado. Estudió ingeniería en la Universidad de Santa Fe. Inició su militancia en Palabra Obrera, que confluiría en el PRT. Abandonó sus estudios universitarios para ingresar como obrero en el frigorífico Swift de Rosario, donde trabajó 5 años. Había sido detenido el 14 de abril de 1970.
Alberto Carlos del Rey (PRT-ERP). Nació en Rosario el 22 de febrero de 1949 (23 años), estudió ingeniería química en la Universidad de Rosario. Participó del congreso fundacional del ERP. Había sido detenido el 27 de abril de 1971.
Alfredo Elías Kohon (FAR): Nació en Entre Ríos el 22 de marzo de 1945 (27 años), estudiaba ingeniería en la Universidad de Córdoba y trabajaba en una fábrica metalúrgica. Formó parte de los comandos Santiago Pampillón y fue fundador de las FAR local. Había sido detenido el 29 de diciembre de 1970.
Clarisa Rosa Lea Place (PRT-ERP). Nació en Tucumán el 23 de diciembre de 1948 (23 años), estudió derecho en la Universidad de Tucumán, donde se integró al PRT. Participó del congreso fundacional del ERP. Había sido detenida en diciembre de 1970 durante un control de rutina.
Susana Graciela Lesgart de Yofre (MONTONEROS). Nació en Córdoba el 13 de octubre de 1949 (22 años), maestra. Se radicó en Tucumán donde enseñaba y compartía la vida con los trabajadores cañeros. Fue una de las fundadoras de Montoneros en Córdoba. Había sido detenida en diciembre de 1971.
José Ricardo Mena (PRT-ERP). Nació el 28 de marzo de 1951 en Tucumán (21 años), obrero azucarero. Integró los primeros grupos del PRT en Tucumán. Había sido detenido tras la expropiación a un banco, en noviembre de 1970.
Miguel Ángel Polti (PRT-ERP). Nació en Córdoba el 11 de julio de 1951 (21 años), estudió ingeniería química en la Universidad de Córdoba, era hermano de José Polti, muerto en abril de 1971. Había sido detenido en Córdoba, en julio de 1971.
Mariano Pujadas (MONTONEROS). Nació en Barcelona el 14 de junio de 1948 (24 años), fue fundador y dirigente de Montoneros en Córdoba. Participó en la toma de La Calera. Estaba a punto de terminar la carrera de ingeniero agrónomo cuando fue detenido en una redada, en junio de 1971.
María Angélica Sabelli (FAR). Nació en Buenos Aires el 12 de enero de 1949 (23 años), conoció a Carlos Olmedo cuando estudiaba en el Colegio Nacional Buenos Aires. Cursaba matemática en la facultad de ciencias exactas, trabajaba como empleada y como profesora de matemática y latín. Había sido detenida en febrero de 1972 y salvajemente torturada.
Ana María Villareal de Santucho (PRT-ERP). Nació en 9 de octubre de 1935 (36 años), era compañera de Mario Roberto Santucho y madre de tres chicos. Licenciada en artes plásticas por la Universidad de Tucumán. Junto a Santucho empezó a militar en el FRIP (Frente Revolucionario Indoamericano y Popular) que luego confluyó en el PRT. Había sido detenida en un control de rutina en un colectivo.
Humberto Segundo Suarez (PRT-ERP). Nació en Tucumán el 1 de abril de 1947 (25 años), de origen rural, fue cañero, obrero de la construcción y oficial panadero. Había sido detenido en marzo de 1971.
Humberto Adrián Toschi (PRT-ERP). Nació en 1 de abril de 1947 en Córdoba (25 años), trabajaba en una empresa familiar hasta que eligió ser obrero. Había sido detenido, junto con Santucho y Gorriarán Merlo, en una redada el 30 de agosto de 1971.
Jorge Alejandro Ulla (PRT-ERP). Nació en Santa Fe el 23 de diciembre de 1944 (27 años), maestro; abandonó sus estudios para trabajar como obrero en una fábrica metalúrgica. Participó del congreso fundacional del ERP y en la primera operación armada. Había sido detenido junto con Humberto Toschi en Córdoba, en agosto de 1971.
Los sobrevivientes
Maria Antonia Berger (MONTONEROS). Licenciada en sociología, había sido detenida el 3 de noviembre de 1971. Herida por una ráfaga de metralla logró introducirse en su celda, donde recibió un tiro de pistola; fue la última en ser trasladada a la enfermería. En la fecha de la masacre tenía 30 años. Fue secuestrada a mediados de 1979.
Alberto Miguel Camps (FAR). Estudiante, había sido detenido el 29 de diciembre de 1970. Eludió la metralla arrojándose dentro de su propia celda, donde fue baleado. En la fecha de la masacre tenía 24 años. Su cuerpo, enterrado como NN en el cementerio de Lomas de Zamora, fue identificado en el año 2000.
Ricardo René Haidar (MONTONEROS). Ingeniero químico, había sido detenido el 22 de febrero de 1972. Evadió las ráfagas de ametralladoras introduciéndose en su celda, donde fue herido. En la fecha de la masacre tenía 28 años. Fue secuestrado el 18 de diciembre de 1982.
Los tres últimos salvaron sus vidas porque los creyeron muertos.. repetían la historia de los fusilados en los basurales de José León Suárez. Y, como Troxler, sobreviviente de José León Suárez, a la fecha los tres están desaparecidos y forman parte de la lista de desaparecidos.
¿Y qué fue de Sosa?
Los hechos pusieron final a la gestión de Lanusse. A Sosa, no se lo volvió a ver por los alrededores de Trelew. Ni por ningunos otros alrededores. La Marina lo protegió de hecho, ya que era un duro, entrenado para tareas como esas.
Por eso, el Poder Ejecutivo emitió un decreto por el cual: “Nómbrase para prestar servicios en la Agregaduría Naval a la Embajada de la República Argentina en los Estados Unidos de América y Canadá en "misión transitoria" y por el término de trescientos sesenta y seis (366) días, al señor capitán de corbeta de Infantería de Marina don Luis Emilio Sosa, a fin de que realice el curso de infantería para Infantería de Marina.”
Los defensores
Eduardo Luis Duhalde era en aquella época abogado de varios de los fugados y detenidos en Chubut. Junto a Rodolfo Ortega Peña, Carlos González Garland y Rodolfo Mattarolo fueron los primeros abogados en llegar a Trelew. Se sumaron a su periplo Hipólito Solari Yrigoyen y Mario Abel Amaya, pero ningún recurso legal era considerado. Duhalde recordó que uno de los jefes de la ESMA, Jorge "El Tigre" Acosta, invitó a Sosa a ese centro clandestino y lo paseó ante los prisioneros como reconocimiento a su "trabajo" precursor en la aplicación del terrorismo de Estado.
Las secuelas de la masacre de Trelew siguieron generando más muertes. Fueron asesinados el almirante Hermes Quijano, quien desde el gabinete de Lanusse puso la cara para justificar los fusilamientos en un supuesto intento de fuga, y el juez federal del "Camarón" Jorge Quiroga, que se trasladó a Trelew para conjurar todo intento de justicia. Los represores se ensañaron con las familias de las víctimas: asesinaron a los padres, dos hermanos y una cuñada de Pujadas; a la familia de Vaca Narvaja la diezmaron; hicieron desaparecer al hermano de Capello y su esposa.
El hostigamiento alcanzó también a los posibles testigos del horror. Recien muchos años mas tarde, Miguel Marilco, empleado de la funeraria de Trelew que había tenido que poner los cuerpos en los cajones, se atrevió a dar su testimonio. "No hablés porque vamos a reventar a tu hijo", le habían dicho y durante treinta y tres años el temor clausuró su testimonio y su memoria.
En los días sucesivos a la masacre de aquél 22 de agosto, hubo manifestaciones en las principales ciudades de la Argentina y más de 60 bombas fueron colocadas en protesta por la matanza. Peronistas, radicales, intransigentes, socialistas, comunistas, trotskistas y democristianos, condenaron al gobierno. Perón –sin perder la oportunidad- calificó a las muertes de "asesinatos". La opinión pública descreyó de la versión oficial. El 25 de agosto la CGT declaró un paro activo de 14 horas. Se prohibieron los velatorios públicos de los guerrilleros ejecutados.
LQS. Fuenteovejuna. Enero de 2007
http://www.loquesomos.org/lacalle/memoria/LosfusiladosenTrelew.htm
(1) Precisamente “Esa mujer” llevó por título un cuento de Rodolfo Walsh que sintetizó la investigación sobre los caminos recorridos por el cadáver de Eva Duarte desde que fuera secuestrado por los militares del local de la CGT por un comando de la Marina en noviembre de 1955.
Las circunstancias
Para comienzos de los setenta, Argentina pasaba por un momento muy difícil. Las grandes diferencias sociales incrementaban las protestas, y la actividad guerrillera, polarizada básicamente en dos grandes movimientos: ERP y Montoneros, y otras organizaciones que habían decidido llevar la lucha armada para terminar con los regimenes que sólo colaborasen con la profundización de la dictadura.
Ambos grupos se ocupaban de búsqueda de armas y dinero para reforzar sus poder frente al gobierno de turno.
Mientras, Perón, desde su exilio en Madrid, no cesaba de alentar la actividad guerrillera, hablando del “socialismo nacional”, argumento falaz, el tan mencionado doble discurso. Mientras con una mano acariciaba un proyecto, negociaba con la otra con otras fuerzas políticas un proyecto opuesto…
Por su parte, los políticos “tradicionales”, mientras tanto, convocaron a un acuerdo entre las “principales fuerzas políticas”, que concluyó como “La Hora del Pueblo”, declaración que buscaba una lucha por una salida electoral. Gobernaba entonces el gral. Marcelo Levingston quien, atento a la problemática económica interna, dio un volantazo al liberalismo imperante y colocó frente al Ministerio de Economía a Aldo Ferrer, mientras que se impulsaba la ley del “compre nacional” con la cual se intentaba mejorar la situación de las industrias nacionales en el mercado interno.
Duros tiempos aquellos que se constituían como los negros nubarrones que anunciarían lo que en pocos años sería la mas cruenta dictadura militar que sufrió Argentina.
A comienzos de 1971 el gobernador de Córdoba, Camilo Uriburu, declaró que aspiraba a terminar con la oposición estudiantil y gremial que había llevado adelante el Cordobaza (1969), y la comparó con una víbora venenosa. Uriburu pedía a Dios que le deparara “el honor histórico de cortar de un solo tajo la cabeza de esa víbora”. A los pocos días se sacudió el país con un segundo Cordobazo, llamado, a propósito, el “viborazo”. Se desmoronó la gestión Levingston. El odio que emergía poco a poco…
Asumió la presidencia (de facto) el gral. Alejandro Agustín Lanusse. La violencia social crecía, y la continuidad del gobierno militar se hacía difícil. Era imperioso dar una salida electoral, sacarse la “papa caliente” de las manos y que otros trataran de timonear el vendaval. La declaración de la “hora del Pueblo” aun no lograba terminar con la proscripción del peronismo para una digna transición a la democracia. Lanusse propuso el Gran Acuerdo Nacional (GAN) y anunció la convocatoria a elecciones para marzo de 1973. Luego comenzó negociaciones con Perón de quien suponía que “no le daría el cuero” para volver. Negociaron hasta la devolución del cadáver de “esa mujer” (1). La transición a un gobierno civil –lo que implicaba el regreso de Perón, aunque para ello debía ser derogado el famoso “decreto 4161” que prohibía su regreso, su nombre, la marcha peronista, etc. es decir, debía desaparecer la proscripción-.
“Horas se podría estar contando esta historia
y otras parejamente tristes
sin calentar un solo gramo del país
sin calentarle ningún pie
¿Acaso no está corriendo la sangre
de los 16 fusilados de Trelew?
por las calles de Trelew y demás calles del país
¿No está corriendo la sangre?
¿Hay algún sitio del país donde esa sangre
no está corriendo ahora? “( Juan Gelman)
Tal vez, presagiando la oscura noche de terror que se desataría aquel 24 de marzo de 1976, los hechos de Trelew fueron su prólogo mas directo.
Ya el ciclo militar inaugurado por la “revolución” Argentina estaba llegando a su fin. Gobernaba por entonces el gral. Alejandro Agustín Lanusse. Mientras, en el sur, en Trelew, ciudad de Chubut, en la base Almirante Zar, prestaba servicio un tal Capitán de Corbeta Luis Emilio Sosa que había sido adiestrado en Fort Gulick (Panamá).
Fort Gulick
Nació en el marco de la Guerra Fría, y dependería la aplicación de la conocida como Doctrina de Seguridad Nacional , en Fort Amador , Panamá. Primero fue el Latin American Training Center - Ground Division ("Centro de entrenamiento latinoamericano - División de tierra") y tenía como misión convertirse en el instrumento sirviera para cimentar la influencia de los EEUU en el terreno político de los países de América Latina a fin de contrarrestar la acción y la propaganda de las organizaciones populares de ideología marxista o movimientos sociales de izquierda . Muchos gobernantes y militares latinoamericanos (muchos militares que luego serían gobernantes…) pasaron por Fort Gulick.
Escuela de las Américas en Panamá.
Fue en 1950 en que recibió el nombre de United States Army Caribbean School ("Escuela del Caribe del Ejército de los Estados Unidos"), entonces fue trasladada a Fort Gulick y se adoptó el español como idioma oficial de la academia. En julio de 1963 el centro se reorganizó bajo el nombre oficial United States Army School of the Americas (USARSoA), o más conocida como Escuela de las Américas .
Desde su sede la SoA adiestró en la Doctrina de la Seguridad Nacional a multitud de integrantes de diversos gobiernos americanos, algunos de ellos violentos regímenes totalitarios. Entre cursos o entrenamientos incluían técnicas de contrainsurgencia, operaciones de comando, tiro franco, guerra psicológica , inteligencia militar y tácticas de interrogatorio (tortura incluida). Manuales militares de instrucción de esta iniciativa, entonces confidenciales, se desclasificaron o publicaron en 1996 por el Pentágono , ahí cobró vida pública la violación sistemática y permitida de fundamentales derechos humanos, el uso de la tortura , o la ejecución sumaria , aplicados contra detenidos provenientes de organizaciones vinculadas a la lucha en el campo popular. Por eso también se la conoce con el nombre de “Escuela de Asesinos” pues, entre los graduados se encuentran pues, entre los graduados se encuentran: General Manuel Noriega, General Hugo Banzer, Roberto D'Aubuisson , General Héctor Gramajo , General Roberto Eduardo Viola ; Leopoldo Fortunato Galtieri , General Guillermo Rodríguez , Vladimiro Montesinos , y sigue la lista…. En la que encontramos a un capitán de corbeta de nombre Luis Emilio Sosa y en Fort Gulick lo adiestraron para ser un idóneo en la "lucha antiguerrillera".
Aprendió bien.
Los detenidos
Agosto de 1972, base naval Almirante Zar, Trelew, provincia de Chubut. Seis días antes de al tragedia los presos políticos pertenecientes a algunas de las distintas organizaciones guerrilleras -FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), Montoneros, ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo)-. Tenían planeada su evasión, según la cual iban a abordar un avión civil con el cual volarían a Chile donde el gobierno de Salvador Allende les daría asilo.
Por fallas en el cumplimiento del plan la fuga no se pudo concretar con éxito, por lo que sólo 19 pudieron llegar a Chile, y el resto se rindió ante un juez, frente a autoridades militares y la prensa, exigiendo la garantía de seguridad. El capitán de corbeta Luis Emilio Sosa comprometió su palabra en este sentido, escena que fue presenciada y corroborada por el coronel retirado Luis César Perlinger, cuyo testimonio le valió ser sancionado con un arresto.
Una vez terminado el espectáculo para el público, violando sus promesas, los marinos sometieron a los prisioneros a un régimen de terror. En la noche del lunes 21 se les impartió una orden insólita: salir de sus celdas con la vista fija en el piso y detenerse ante la puerta en dos hileras de a uno en fondo. Fue entonces cuando los uniformados comenzaron a disparar sus ametralladoras. Recién al amanecer comenzó a pergeñarse la versión oficial que sería dada a conocer. Según esta versión Mariano Pujadas habría intentado arrebatarle la pistola a Sosa, con lo cual se justificaba la brutalidad de la masacre. Del total, sólo tres: María Antonia Berger, Albeit Camps y Ricardo Haidar, aunque malheridos, salvaron sus vidas por un descuido de sus verdugos. La excusa mas fuerte fue de otra pretendida fuga, argumento que cae por tierra si se considera que tanto Pujadas como el resto del grupo, incluida la mujer de Santucho, grávida de ocho meses, sabían perfectamente que no tenía sentido alguno pretender huir, contra los dos mil hombres de la guarnición, contra los tanques, los carriers, las tanquetas… y menos todavía en la inhóspita zona a la que debían ingresar. Por lo tanto, era impensable, y por lo mismo ese 22 de agosto la masacre fue planificada detalladamente: no debía haber soldados conscriptos, sólo oficiales y suboficiales de los más fieles, nada de testigos que pudieran “aflojar” con posterioridad.
Los mantuvieron incomunicados mientras imperaba una férrea censura de prensa. Con respecto a los muertos, la sede del Partido Justicialista donde eran velados fue asaltada por comisario Alberto Villar -luego jefe de policía de Perón y uno de los mentores de la Triple A- con tanquetas.
Pero además, la sede de la Asociación Gremial de Abogados fue dinamitada, se exterminó a las familias de Clarisa Lea Place, Roberto Santucho y Mariano Pujadas, la mayor parte de los hermanos y hermanas de los fusilados están hoy desaparecidos y el letrado Mario Amaya, que escoltó con su auto al micro de la armada que había trasladado a los detenidos hasta la base naval, fue asesinado durante la última dictadura. La masacre de Trelew dejaría abierta la puerta para continuar con el exterminio planificado de miles de personas unos años mas tarde, y tal vez, recordando aquellos trágicos tiempos de una Patagonia ensangrentada por la lucha de pioneros sociales.
Los fusilados
Carlos Alberto Astudillo (FAR). Nació en Santiago del Estero en el 17 de agosto de 1944 (28 años), estudiante de medicina en la Universidad de Córdoba. Había sido detenido el 29 de diciembre de 1970 y brutalmente torturado.
Rubén Pedro Bonet (PRT-ERP). Nació en Buenos Aires el 1 de febrero de 1942 (30 años), casado y padre de dos chicos, Hernán y Mariana, de 4 y 5 años. Perteneciente a una familia muy modesta abandonó sus estudios para ingresar como obrero en Sudamtex y Nestlé. Había sido detenido en febrero de 1971.
Eduardo Adolfo Capello (PRT-ERP). Nació en Buenos Aires el 3 de mayo de 1948 (24 años), estudiante de ciencias económicas y empleado. Había sido detenido en febrero de 1971.
Mario Emilio Delfino (PRT-ERP). Nació en Rosario el 17 de septiembre de 1942 (29 años), casado. Estudió ingeniería en la Universidad de Santa Fe. Inició su militancia en Palabra Obrera, que confluiría en el PRT. Abandonó sus estudios universitarios para ingresar como obrero en el frigorífico Swift de Rosario, donde trabajó 5 años. Había sido detenido el 14 de abril de 1970.
Alberto Carlos del Rey (PRT-ERP). Nació en Rosario el 22 de febrero de 1949 (23 años), estudió ingeniería química en la Universidad de Rosario. Participó del congreso fundacional del ERP. Había sido detenido el 27 de abril de 1971.
Alfredo Elías Kohon (FAR): Nació en Entre Ríos el 22 de marzo de 1945 (27 años), estudiaba ingeniería en la Universidad de Córdoba y trabajaba en una fábrica metalúrgica. Formó parte de los comandos Santiago Pampillón y fue fundador de las FAR local. Había sido detenido el 29 de diciembre de 1970.
Clarisa Rosa Lea Place (PRT-ERP). Nació en Tucumán el 23 de diciembre de 1948 (23 años), estudió derecho en la Universidad de Tucumán, donde se integró al PRT. Participó del congreso fundacional del ERP. Había sido detenida en diciembre de 1970 durante un control de rutina.
Susana Graciela Lesgart de Yofre (MONTONEROS). Nació en Córdoba el 13 de octubre de 1949 (22 años), maestra. Se radicó en Tucumán donde enseñaba y compartía la vida con los trabajadores cañeros. Fue una de las fundadoras de Montoneros en Córdoba. Había sido detenida en diciembre de 1971.
José Ricardo Mena (PRT-ERP). Nació el 28 de marzo de 1951 en Tucumán (21 años), obrero azucarero. Integró los primeros grupos del PRT en Tucumán. Había sido detenido tras la expropiación a un banco, en noviembre de 1970.
Miguel Ángel Polti (PRT-ERP). Nació en Córdoba el 11 de julio de 1951 (21 años), estudió ingeniería química en la Universidad de Córdoba, era hermano de José Polti, muerto en abril de 1971. Había sido detenido en Córdoba, en julio de 1971.
Mariano Pujadas (MONTONEROS). Nació en Barcelona el 14 de junio de 1948 (24 años), fue fundador y dirigente de Montoneros en Córdoba. Participó en la toma de La Calera. Estaba a punto de terminar la carrera de ingeniero agrónomo cuando fue detenido en una redada, en junio de 1971.
María Angélica Sabelli (FAR). Nació en Buenos Aires el 12 de enero de 1949 (23 años), conoció a Carlos Olmedo cuando estudiaba en el Colegio Nacional Buenos Aires. Cursaba matemática en la facultad de ciencias exactas, trabajaba como empleada y como profesora de matemática y latín. Había sido detenida en febrero de 1972 y salvajemente torturada.
Ana María Villareal de Santucho (PRT-ERP). Nació en 9 de octubre de 1935 (36 años), era compañera de Mario Roberto Santucho y madre de tres chicos. Licenciada en artes plásticas por la Universidad de Tucumán. Junto a Santucho empezó a militar en el FRIP (Frente Revolucionario Indoamericano y Popular) que luego confluyó en el PRT. Había sido detenida en un control de rutina en un colectivo.
Humberto Segundo Suarez (PRT-ERP). Nació en Tucumán el 1 de abril de 1947 (25 años), de origen rural, fue cañero, obrero de la construcción y oficial panadero. Había sido detenido en marzo de 1971.
Humberto Adrián Toschi (PRT-ERP). Nació en 1 de abril de 1947 en Córdoba (25 años), trabajaba en una empresa familiar hasta que eligió ser obrero. Había sido detenido, junto con Santucho y Gorriarán Merlo, en una redada el 30 de agosto de 1971.
Jorge Alejandro Ulla (PRT-ERP). Nació en Santa Fe el 23 de diciembre de 1944 (27 años), maestro; abandonó sus estudios para trabajar como obrero en una fábrica metalúrgica. Participó del congreso fundacional del ERP y en la primera operación armada. Había sido detenido junto con Humberto Toschi en Córdoba, en agosto de 1971.
Los sobrevivientes
Maria Antonia Berger (MONTONEROS). Licenciada en sociología, había sido detenida el 3 de noviembre de 1971. Herida por una ráfaga de metralla logró introducirse en su celda, donde recibió un tiro de pistola; fue la última en ser trasladada a la enfermería. En la fecha de la masacre tenía 30 años. Fue secuestrada a mediados de 1979.
Alberto Miguel Camps (FAR). Estudiante, había sido detenido el 29 de diciembre de 1970. Eludió la metralla arrojándose dentro de su propia celda, donde fue baleado. En la fecha de la masacre tenía 24 años. Su cuerpo, enterrado como NN en el cementerio de Lomas de Zamora, fue identificado en el año 2000.
Ricardo René Haidar (MONTONEROS). Ingeniero químico, había sido detenido el 22 de febrero de 1972. Evadió las ráfagas de ametralladoras introduciéndose en su celda, donde fue herido. En la fecha de la masacre tenía 28 años. Fue secuestrado el 18 de diciembre de 1982.
Los tres últimos salvaron sus vidas porque los creyeron muertos.. repetían la historia de los fusilados en los basurales de José León Suárez. Y, como Troxler, sobreviviente de José León Suárez, a la fecha los tres están desaparecidos y forman parte de la lista de desaparecidos.
¿Y qué fue de Sosa?
Los hechos pusieron final a la gestión de Lanusse. A Sosa, no se lo volvió a ver por los alrededores de Trelew. Ni por ningunos otros alrededores. La Marina lo protegió de hecho, ya que era un duro, entrenado para tareas como esas.
Por eso, el Poder Ejecutivo emitió un decreto por el cual: “Nómbrase para prestar servicios en la Agregaduría Naval a la Embajada de la República Argentina en los Estados Unidos de América y Canadá en "misión transitoria" y por el término de trescientos sesenta y seis (366) días, al señor capitán de corbeta de Infantería de Marina don Luis Emilio Sosa, a fin de que realice el curso de infantería para Infantería de Marina.”
Los defensores
Eduardo Luis Duhalde era en aquella época abogado de varios de los fugados y detenidos en Chubut. Junto a Rodolfo Ortega Peña, Carlos González Garland y Rodolfo Mattarolo fueron los primeros abogados en llegar a Trelew. Se sumaron a su periplo Hipólito Solari Yrigoyen y Mario Abel Amaya, pero ningún recurso legal era considerado. Duhalde recordó que uno de los jefes de la ESMA, Jorge "El Tigre" Acosta, invitó a Sosa a ese centro clandestino y lo paseó ante los prisioneros como reconocimiento a su "trabajo" precursor en la aplicación del terrorismo de Estado.
Las secuelas de la masacre de Trelew siguieron generando más muertes. Fueron asesinados el almirante Hermes Quijano, quien desde el gabinete de Lanusse puso la cara para justificar los fusilamientos en un supuesto intento de fuga, y el juez federal del "Camarón" Jorge Quiroga, que se trasladó a Trelew para conjurar todo intento de justicia. Los represores se ensañaron con las familias de las víctimas: asesinaron a los padres, dos hermanos y una cuñada de Pujadas; a la familia de Vaca Narvaja la diezmaron; hicieron desaparecer al hermano de Capello y su esposa.
El hostigamiento alcanzó también a los posibles testigos del horror. Recien muchos años mas tarde, Miguel Marilco, empleado de la funeraria de Trelew que había tenido que poner los cuerpos en los cajones, se atrevió a dar su testimonio. "No hablés porque vamos a reventar a tu hijo", le habían dicho y durante treinta y tres años el temor clausuró su testimonio y su memoria.
En los días sucesivos a la masacre de aquél 22 de agosto, hubo manifestaciones en las principales ciudades de la Argentina y más de 60 bombas fueron colocadas en protesta por la matanza. Peronistas, radicales, intransigentes, socialistas, comunistas, trotskistas y democristianos, condenaron al gobierno. Perón –sin perder la oportunidad- calificó a las muertes de "asesinatos". La opinión pública descreyó de la versión oficial. El 25 de agosto la CGT declaró un paro activo de 14 horas. Se prohibieron los velatorios públicos de los guerrilleros ejecutados.
LQS. Fuenteovejuna. Enero de 2007
http://www.loquesomos.org/lacalle/memoria/LosfusiladosenTrelew.htm
(1) Precisamente “Esa mujer” llevó por título un cuento de Rodolfo Walsh que sintetizó la investigación sobre los caminos recorridos por el cadáver de Eva Duarte desde que fuera secuestrado por los militares del local de la CGT por un comando de la Marina en noviembre de 1955.
5º MENSAJE DE NÁUFRAGO: AZUCENA VILLAFLOR - MADRE DE PLAZA DE MAYO
botella verde-esperanza. La esperanza puesta en que quienes la reciban aprovechen el contenido.
Azucena le secuestraron a su hijo y a su nuera un 30 de noviembre de 1976. No se cruzó de brazos, con toda la valentía que sólo una madre puede desarrollar cuando tocan a sus hijos, comenzó la búsqueda, por ella y por todos.
Otras madres que, como ella, buscaban a sus hijos peregrinando por diversas instituciones, y frecuentaban esos tristes lugares de paso obligado para obtener alguna información por pequeña que fuera. Esa peregrinación había incluido la Capilla Stella Maris, de Retiro, donde un individuo que se hacía llamar “monseñor” las atendía sin la mínima emoción... era Emilio Graselli tan sólo el secretario de Adolfo Tortolo, el vicario castrense.
Ese 30 de abril de 1977 fue la primera vez que se reunían en la Plaza de Mayo, eran 14 madres, un puñado de mujeres con un objetivo en común: dar con sus hijos e hijas desaparecidos.
Eran ellas: Azucena Villaflor de Devincenti, Berta Braverman, Haydée García Buelas, María Adela Gard de Antokoletz, Julia Gard, María Mercedes Gard y Cándida Gard (4 hermanas), Delicia González, Pepa Noia, Mirta Baravalle, Kety Neuhaus, Raquel Arcushin, Sra. De Caimi y una joven que no dio su nombre.
Por entonces el gobierno de facto no permitía las concentraciones (menos aun frente a la casa de gobierno) fue entonces que la Policía las instó a “circular”, y así, tomando con literalidad la orden, el grupo decidió caminar alrededor de la plaza. Nacían las rondas, y aunque aquella primera se realizó en sábado, la segunda en viernes, finalmente terminó siendo todos los jueves (así lloviera o hiciera calor).
Surgió la idea de difundir lo que estaba ocurriendo para que la población se enterara de las desapariciones forzadas de personas que estaba teniendo lugar de forma cada vez mas frecuente. Fue por eso que, aprovechando que el día 10 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos, se preparó una solicitada en el diario (el diario La Nación fue el que aceptó publicar la noticia) con los nombres de los desaparecidos.
Era otra tarea encaminada de forma colectiva, pues el esfuerzo orientado individualmente carecería de fuerza. Porque la fuerza del reclamo se multiplicaría con la presencia, cuando se podía contar con el número. Allí ese esfuerzo, multiplicado, podría brindar frutos. Azucena tenía muy en claro que nadie se salva solo, que el individualismo divide y debilita.
A las marchas comenzó a concurrir un joven de aspecto inofensivo y cara angelical. Ese joven venía a cumplir con una estricta misión encomendada por sus superiores. El plan había sido perpetrado desde una “escuela” de triste memoria: la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA). El joven de cara angelical era un capitán de Marina, enviado a infiltrarse entre las mujeres argumentando un hermano desaparecido y adoptando una falsa identidad. Así se ganó la confianza de las Madres el Capitán Astiz.
Cap. Alfredo Ignacio Astiz
Este siniestro personaje, Alfredo Ignacio Astiz, también conocido como el ángel rubio y el ángel de la muerte, está vinculado no sólo al Grupo de Tareas del cual dependió el secuestro de Azucena Villaflor, sino que también se encargó de infiltrarse en las organizaciones de derechos humanos. Se infiltró, fue un espía, y cuando sus superiores lo consideraron “Muy expuesto” se decidió proceder al secuestro.
Astiz perteneció al GT (Grupo de Tareas) 332 que actuaba con base en la ESMA . Está también vinculado con el secuestro, tortura y desaparición de dos monjas francesas, Alice Domon y Léonie Duquet por los cuales fue condenado en ausencia en Francia a cadena perpetua, y del secuestro y muerte de la adolescente argentino-sueca, Dagmar Hagelin .
Dos días antes de que desapareciera Azucena, este oficial encubierto se encontró con las madres en una reunión y, como un nuevo Judas Iscariote, él, que se hacía llamar “Gustavo Niño” y que con su nombre supuesto llegó a figurar en la solicitada reclamando la libertad de su supuesto hermano secuestrado, firmó la solicitada con la lista de detenidos-desaparecidos que las organizaciones de derechos humanos publicaron en el diario La Nación el 10 de diciembre . Ese día ingresó y, según las instrucciones que llevaba, besó a aquellos que, posteriormente, serían secuestrados, torturados y a los que, finalmente, se les aplicaría la “solución final”: el traslado, es decir, la muerte, que desde ESMA significó lo que se conoce como los “vuelos de la muerte”.
El día en que la solicitada debía ser publicada Azucena Villaflor de Vicente sufre el secuestro. Entre los días 8 y 10 de diciembre habían sido detenidos y secuestrados varios integrantes del grupo de Santa Cruz, además de Azucena: Esther Ballestrino de Careaga , María Ponce de Bianco (las tres fundadoras de Madres de Plaza de Mayo), las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet , y los activistas de derechos humanos Angela Auad , Remo Berardo, Horacio Elbert, José Julio Fondevilla, Eduardo Gabriel Horane, Raquel Bulit y Patricia Oviedo. Durante el operativo Astiz siguió aparentando ser un familiar y fue señalando con un abrazo en el atrio de la iglesia a quienes debían ser secuestrados. Durante varios años se consideró que Gustavo Niño era un desaparecido y se lo incluyó en las listas por cuyas vidas se reclamaba. Algunos de los cuerpos de los eliminados por el procedimiento de los “vuelos” aparecieron en las playas de la zona de Sta. Teresita y el Tuyú, los cuales fueron enterrados como NN… el mar devolvía lo que tenebrosamente había recibido, dejaba al descubierto el plan de desapariciones forzadas, las torturas, la muerte… y se comienza a convertir en uno de los primeros declarantes de las barbaridades que se intentaban ocultar en él.
Fue recién cuando en 1984 la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) comenzó a recopilar testimonios y pruebas para el Juicio a las Juntas militares, que se realizaron excavaciones en el cementerio de Gral. Lavalle. Los restos óseos de los cuerpos que devolviera el mar serían utilizados en tal sentido y, posteriormente, a pesar de las leyes dictadas durante la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín (Punto Final – Obediencia Debida) paralizaron la investigación, aun así los restos fueron preservados gracias a la acción del Juez Horacio Cattani.
Se encontraron otros restos en nuevas tumbas en la misma zona. Trabajó el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que descubrió “dos líneas de tumbas, una por encima de la otra. Se descubrieron así 8 esqueletos, 5 correspondientes a mujeres, 2 … a varones y uno clasificado como … probablemente masculino”. Las pruebas de laboratorio (LIDMO, Córdoba, perteneciente el EAAF) dieron como resultado que se lograra determinar que los restos pertenecían al grupo secuestrado entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977. Fue el 8 de julio de 2005 que se pudo individualizar los restos de Azucena Villaflor.
Estos restos fueron incinerados y sus cenizas enterradas a los pies de la Pirámide de Mayo, en el centro de la Plaza de Mayo, el día 8 de diciembre de 2005, el lugar que ella había elegido para iniciar la búsqueda de su hijo y su nuera, y por los hijos de todas las Madres. Ella, tan frágil y tan fuerte, tan adre y mil madres, tan entera y tan única. Hombres de paja que usan la colonia y el honor para ocultar oscuras intenciones (2)
LQS. Fuenteovejuna. Febrero 2007
http://www.loquesomos.org/lacalle/memoria/AzucenaVillaflor.htm
Tienen doble vida, son sicarios del mal,
entre esos tipos y yo hay algo personal
(Joan Manuel Serrat: Algo personal)
Los restos de Azucena Villaflor quedaron bajo azucenas blancas y claveles rojos, junto a la Pirámide y frente a la Casa de Gobierno. También se descubrió una placa en su memoria: "Fue mantenida en cautiverio en la ESMA y días después arrojada viva al mar. Sus restos fueron identificados en agosto de 2005. Juicio y Castigo a los culpables". (1)
(1) http://www.clarin.com/diario/2005/12/09/elpais/p-02401.htm
(2) Historia de la dirigente de madres de Plaza de Mayo
Azucena le secuestraron a su hijo y a su nuera un 30 de noviembre de 1976. No se cruzó de brazos, con toda la valentía que sólo una madre puede desarrollar cuando tocan a sus hijos, comenzó la búsqueda, por ella y por todos.
Otras madres que, como ella, buscaban a sus hijos peregrinando por diversas instituciones, y frecuentaban esos tristes lugares de paso obligado para obtener alguna información por pequeña que fuera. Esa peregrinación había incluido la Capilla Stella Maris, de Retiro, donde un individuo que se hacía llamar “monseñor” las atendía sin la mínima emoción... era Emilio Graselli tan sólo el secretario de Adolfo Tortolo, el vicario castrense.
Ese 30 de abril de 1977 fue la primera vez que se reunían en la Plaza de Mayo, eran 14 madres, un puñado de mujeres con un objetivo en común: dar con sus hijos e hijas desaparecidos.
Eran ellas: Azucena Villaflor de Devincenti, Berta Braverman, Haydée García Buelas, María Adela Gard de Antokoletz, Julia Gard, María Mercedes Gard y Cándida Gard (4 hermanas), Delicia González, Pepa Noia, Mirta Baravalle, Kety Neuhaus, Raquel Arcushin, Sra. De Caimi y una joven que no dio su nombre.
Por entonces el gobierno de facto no permitía las concentraciones (menos aun frente a la casa de gobierno) fue entonces que la Policía las instó a “circular”, y así, tomando con literalidad la orden, el grupo decidió caminar alrededor de la plaza. Nacían las rondas, y aunque aquella primera se realizó en sábado, la segunda en viernes, finalmente terminó siendo todos los jueves (así lloviera o hiciera calor).
Surgió la idea de difundir lo que estaba ocurriendo para que la población se enterara de las desapariciones forzadas de personas que estaba teniendo lugar de forma cada vez mas frecuente. Fue por eso que, aprovechando que el día 10 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos, se preparó una solicitada en el diario (el diario La Nación fue el que aceptó publicar la noticia) con los nombres de los desaparecidos.
Era otra tarea encaminada de forma colectiva, pues el esfuerzo orientado individualmente carecería de fuerza. Porque la fuerza del reclamo se multiplicaría con la presencia, cuando se podía contar con el número. Allí ese esfuerzo, multiplicado, podría brindar frutos. Azucena tenía muy en claro que nadie se salva solo, que el individualismo divide y debilita.
A las marchas comenzó a concurrir un joven de aspecto inofensivo y cara angelical. Ese joven venía a cumplir con una estricta misión encomendada por sus superiores. El plan había sido perpetrado desde una “escuela” de triste memoria: la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA). El joven de cara angelical era un capitán de Marina, enviado a infiltrarse entre las mujeres argumentando un hermano desaparecido y adoptando una falsa identidad. Así se ganó la confianza de las Madres el Capitán Astiz.
Cap. Alfredo Ignacio Astiz
Este siniestro personaje, Alfredo Ignacio Astiz, también conocido como el ángel rubio y el ángel de la muerte, está vinculado no sólo al Grupo de Tareas del cual dependió el secuestro de Azucena Villaflor, sino que también se encargó de infiltrarse en las organizaciones de derechos humanos. Se infiltró, fue un espía, y cuando sus superiores lo consideraron “Muy expuesto” se decidió proceder al secuestro.
Astiz perteneció al GT (Grupo de Tareas) 332 que actuaba con base en la ESMA . Está también vinculado con el secuestro, tortura y desaparición de dos monjas francesas, Alice Domon y Léonie Duquet por los cuales fue condenado en ausencia en Francia a cadena perpetua, y del secuestro y muerte de la adolescente argentino-sueca, Dagmar Hagelin .
Dos días antes de que desapareciera Azucena, este oficial encubierto se encontró con las madres en una reunión y, como un nuevo Judas Iscariote, él, que se hacía llamar “Gustavo Niño” y que con su nombre supuesto llegó a figurar en la solicitada reclamando la libertad de su supuesto hermano secuestrado, firmó la solicitada con la lista de detenidos-desaparecidos que las organizaciones de derechos humanos publicaron en el diario La Nación el 10 de diciembre . Ese día ingresó y, según las instrucciones que llevaba, besó a aquellos que, posteriormente, serían secuestrados, torturados y a los que, finalmente, se les aplicaría la “solución final”: el traslado, es decir, la muerte, que desde ESMA significó lo que se conoce como los “vuelos de la muerte”.
El día en que la solicitada debía ser publicada Azucena Villaflor de Vicente sufre el secuestro. Entre los días 8 y 10 de diciembre habían sido detenidos y secuestrados varios integrantes del grupo de Santa Cruz, además de Azucena: Esther Ballestrino de Careaga , María Ponce de Bianco (las tres fundadoras de Madres de Plaza de Mayo), las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet , y los activistas de derechos humanos Angela Auad , Remo Berardo, Horacio Elbert, José Julio Fondevilla, Eduardo Gabriel Horane, Raquel Bulit y Patricia Oviedo. Durante el operativo Astiz siguió aparentando ser un familiar y fue señalando con un abrazo en el atrio de la iglesia a quienes debían ser secuestrados. Durante varios años se consideró que Gustavo Niño era un desaparecido y se lo incluyó en las listas por cuyas vidas se reclamaba. Algunos de los cuerpos de los eliminados por el procedimiento de los “vuelos” aparecieron en las playas de la zona de Sta. Teresita y el Tuyú, los cuales fueron enterrados como NN… el mar devolvía lo que tenebrosamente había recibido, dejaba al descubierto el plan de desapariciones forzadas, las torturas, la muerte… y se comienza a convertir en uno de los primeros declarantes de las barbaridades que se intentaban ocultar en él.
Fue recién cuando en 1984 la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) comenzó a recopilar testimonios y pruebas para el Juicio a las Juntas militares, que se realizaron excavaciones en el cementerio de Gral. Lavalle. Los restos óseos de los cuerpos que devolviera el mar serían utilizados en tal sentido y, posteriormente, a pesar de las leyes dictadas durante la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín (Punto Final – Obediencia Debida) paralizaron la investigación, aun así los restos fueron preservados gracias a la acción del Juez Horacio Cattani.
Se encontraron otros restos en nuevas tumbas en la misma zona. Trabajó el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que descubrió “dos líneas de tumbas, una por encima de la otra. Se descubrieron así 8 esqueletos, 5 correspondientes a mujeres, 2 … a varones y uno clasificado como … probablemente masculino”. Las pruebas de laboratorio (LIDMO, Córdoba, perteneciente el EAAF) dieron como resultado que se lograra determinar que los restos pertenecían al grupo secuestrado entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977. Fue el 8 de julio de 2005 que se pudo individualizar los restos de Azucena Villaflor.
Estos restos fueron incinerados y sus cenizas enterradas a los pies de la Pirámide de Mayo, en el centro de la Plaza de Mayo, el día 8 de diciembre de 2005, el lugar que ella había elegido para iniciar la búsqueda de su hijo y su nuera, y por los hijos de todas las Madres. Ella, tan frágil y tan fuerte, tan adre y mil madres, tan entera y tan única. Hombres de paja que usan la colonia y el honor para ocultar oscuras intenciones (2)
LQS. Fuenteovejuna. Febrero 2007
http://www.loquesomos.org/lacalle/memoria/AzucenaVillaflor.htm
Tienen doble vida, son sicarios del mal,
entre esos tipos y yo hay algo personal
(Joan Manuel Serrat: Algo personal)
Los restos de Azucena Villaflor quedaron bajo azucenas blancas y claveles rojos, junto a la Pirámide y frente a la Casa de Gobierno. También se descubrió una placa en su memoria: "Fue mantenida en cautiverio en la ESMA y días después arrojada viva al mar. Sus restos fueron identificados en agosto de 2005. Juicio y Castigo a los culpables". (1)
(1) http://www.clarin.com/diario/2005/12/09/elpais/p-02401.htm
(2) Historia de la dirigente de madres de Plaza de Mayo
4º MENSAJE DE NAUFRAGO: RODOLFO ORTEGA PEÑA
En 1958 recibe de abogado, tenía por entonces 20 años. Continua estudiando y logra la licenciatura en Filosofía y Letras. Se dedicó a la docencia, también fue historiador. Su preocupación por los Derechos Humanos lo lleó a asumir la defensa de presos políticos y sociales, además de dedicarle su tiempo a su familia, su militancia y los presos políticos, su tarea como historiador y docente, también escribía en las revistas Militancia -donde compartía con Eduardo Luis Duhalde- y De Frente . En Mayo de 1973 asume como diputado por el peronismo de base.
Tenía 38 años cuando la Triple A lo asesinaba en pleno centro (Carlos Pellegrini y Arenales) un 31 de julio de 1974. Ese nefasto día abriría la puerta de tantas muertes la del diputado Rodolfo Ortega Peña.
Los testimonios afirman que los asesinos bajaron de un automóvil Fairlane y asestaron 23 tiros contra él. Su cuerpo quedó tendido en la calle. Ese mismo día, en otro lugar de Buenos Aires, los compañeros de Ortega Peña organizaban un homenaje a los fusilados de Trelew.
El asesinato de este joven abogado, expresión del peronismo revolucionario daba comienzo a la larga lista de crímenes de la Triple A que llevarían al golpe del 24 de marzo de 1976.
Desde antes de la muerte de Perón la situación política era mas que endeble. Los enfrentamientos entre el ala izquierda del movimiento peronista -el peronismo revolucionario- y por el otro lado la derecha compacta y peligrosa. Ezeiza había sido una muestra.
“¿Qué pasa, qué pasa, qué pasa general? Está lleno de gorilas el gobierno popular” había sido la consigna y reclamo de los jóvenes y los no tanto aquél 1º de mayo de 1974, la última oportunidad en que Perón se mostraría en público. Por toda respuesta apagó el reclamo popular con el insulto a los “imberbes”, esos “Estúpidos que gritan” a los cuales les recordó que no tenían ni portaban tradición ni historia dentro del peronismo, pero a los que –hábilmente- había utilizado desde su exilio para negociar con tirios y troyanos su regreso al país.
Ahora ya no los necesitaba..
Primero se fue Héctor “el tío” Cámpora, y uno a uno comenzaron a dejar la función pública dirigentes, y a caer fundamentales militantes populares asesinados. El gabinete se derechizaba. La influencia de “El Brujo” José López Rega era notoria.
Ortega Peña había decidido de qué lado se ubicaba, y esa decisión suya le había costado recibir amenazas y aparecer en la lista que había hecho pública la Triple A: una lista de personas a eliminar.
Era una persona respetada por su compromiso ideológico, pero mas que nada por su ética militante y su coherencia política; profesional de probada capacidad, integridad, idoneidad e inteligencia. Es decir.. era sumamente peligroso.
En los años 60 fue asesor legal de sindicatos. Había leído a Gramsci, -seguramente los complejos quaderni que aquél escribiera desde la cárcel mussoliniana-. Cuando se produjo el golpe de 1966 se jugó por la defensa de compañeros presos políticos. Precursor en la lucha por los Derechos Humanos, hizo punta con agudeza política también a través de sus escritos periodísticos –recordemos su participación en la revista Militancia-.
En 1973 asumió como diputado nacional, y se destacó por el juramento elegido: “La sangre derramada jamás será negociada”. Esta clara toma de posición se vio continuada por la formación de un bloque personal.
Cuando, tras la muerte de Perón -1/7/1974- recrudecieron las amenazas, los secuestros y los asesinatos, un grupo de amigos se acercó para convencerlo de que renunciara y se alejara del país pues peligraba su vida. Él se negó y prefirió seguir peleando desde adentro. Tampoco quiso custodia.
De aquél día en que lo mataron, un testimonio reconstruye los últimos minutos: “Un rato después, Rodolfo salió caminando del Congreso con su compañera Helena Villagra. Fueron caminando por Callao, desde Rivadavia hasta Santa Fe, y allí doblaron media cuadra hacia Riobamba donde entraron en una pizzería, de la que salieron aproximadamente a las 22.15. Con la misma confianza con la que se manejaba, Rodolfo se subió a un taxi que estaba libre parado en la puerta, aparentemente desde hacía un tiempo, y le dio la dirección adonde iban. El taxista repitió en voz alta y de manera notoria “Carlos Pellegrini y Juncal”. Pocas cuadras más adelante, Rodolfo le pidió que apagara la luz interior del coche que el chofer había dejado encendida. Estos y otros datos conocidos con posterioridad nos confirmaron la participación del taxista en el operativo para asesinar a Rodolfo. Al llegar a la calle Carlos Pellegrini y Santa Fe, el taxi dobló y otro vehículo que venía detrás, sin que los pasajeros lo notaran, se atravesó e impidió que los otros automóviles que venían pudieran avanzar por Pellegrini. Al cruzar Juncal el taxi paró y un coche que venía casi a la par se le atravesó. Bajó de él un hombre con una media de mujer en la cabeza y una ametralladora en la mano con la que disparó 23 tiros o más, 8 de los cuales fueron en la cabeza, que hicieron blanco en Rodolfo. Esto nos hizo comprobar que estaban al tanto de las conversaciones mantenidas en su despacho intentando que Rodolfo usara el chaleco antibalas que le había ofrecido el compañero Ricardo Beltrán. En 1975, ya camino a la dictadura, cuando José López Rega había terminado su trabajo siniestro de sangre y de muerte partió hacia Madrid acompañado de sus dos principales cómplices. Ellos eran Morales y Almirón”. (1)
Ortega Peña fue velado en la Federación Gráfica Bonaerense. Fue este el primer gremio nacido como Federación Tipográfica Bonaerense, el 25 de Mayo de 1857, desgajamiento (1907) de la Sociedad Tipográfica Bonaerense . Todas las corrientes políticas pasaron por ese gremio: anarquistas y libertarios eran los que en 1878, con el nombre de Unión Tipográfica, hicieron la primera huelga obrera del país. Lograron así reducir la jornada de trabajo a 10 horas en invierno y evitar el trabajo de niños en los talleres.
Los militantes gráficos enfrentaron la Ley de Residencia sancionada en 1902 para expulsar a sindicalistas extranjeros. El 3 de mayo de 1907, cuatro sindicatos se unieron para fundar la Federación Gráfica Bonaerense . La Federación participó en la creación de la CGT en 1930. Con el peronismo, a partir de 1945, el gremio se expandió y modernizó. En 1967, con la conducción de Ongaro, nació la CGT de los Argentinos, símbolo de la resistencia a Onganía. La Federación , transformada en la década de 1970 en Sindicato Gráfico Argentino, sufrió la intervención y luego el impacto de la última dictadura militar, con su secuela de desaparecidos.
Miles de personas acompañaron el féretro de Ortega Peña hasta la Chacarita, donde fueron reprimidos por la policía.
LOS RESPONSABLES
“Pasados algunos meses, el subcomisario de la Policía Federal Rodolfo Eduardo Almirón frecuentaba un local de moda en Madrid en la calle Fuencarral que se llamaba Drugstore, a pocos metros de la Glorieta de Bilbao. Allí se ufanaba de haber sido ejecutor del asesinato de Ortega Peña. A quien lo quisiera escuchar, decía sin temor que él lo había matado.
Cuando comenzó a llegar el exilio provocado por la dictadura militar de 1976, Almirón desapareció de los lugares públicos. Hasta que fue descubierto y denunciado en 1981, como jefe de la custodia del ex ministro de Franco Manuel Fraga Iribarne.
Cambio 16, la revista progresista española de ese momento, y Diario 16 de la misma editorial, le dedicaron grandes titulares y varias tapas, por lo que Almirón tuvo que sumergirse nuevamente” (2)
A Rodolfo Ortega Peña lo asesinó la Triple A. Su cuerpo fue llevado a la comisaría 15 donde estaba el comisario Alberto Villar.
Por los testimonios del ex policía Rodolfo Peregrino Fernández, -un “arrepentido” que desde el golpe del 76 había estado al lado del Ministro del Interior del Proceso Militar, Gral. Albano Harguindeguy- este ex oficial describió cómo funcionaba la estructura de la Triple A (otro testimonio proviene de Paino (3) : "La organización de la Triple A me la. encomendó a mí el señor Jorge Conti, asesor de prensa del Ministerio de Bienestar Social. La Triple A la manejaba el ministro José López Rega, pero su responsabilidad es relativa. También la manejaban sus asesores y sus enlaces. El día 3 de marzo de 1974, el señor Conti me entregó un cheque de dos millones de pesos contra Banco Nación, sucursal Bartolomé Mitre y Callao -el cheque era de Sucesos Argentinos-, y me dijo que cobrara ese dinero y que lo guardara- porque tenía que organizar un grupo para una operación comando. El 20 del mismo mes me entregó otro cheque, de tres millones, de Honegger y Compañía, la imprenta que editaba la revista Las Bases. El cheque era contra Banco Shaw, sucursal Congreso. El señor Conti me dijo que ese cheque era para pagarle a un grupo armado que tenía que matar al diputado Rodolfo Ortega Peña y al abogado Antonio Tomás Hernandez, vicepresidente de la empresa Dicon (Canal 11)” (4) Esta declaración la realizaba e l día 12 de febrero de 1976, en la cárcel de Villa Devoto, un detenido de nombre Salvador Horacio Paino, de 50 años. Declaró ante la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados
Buenos Aires y los jóvenes no pueden recordar a Rodolfo Ortega Peña tan sólo por una plazoleta que lleva su nombre (sobre Av. 9 de julio), y que hace referencia al lugar donde lo mataron. Hay que revalorizar su pensamiento, su acción, su personalidad,. Silenciada la memoria por el olvido que se impuso por decreto desde el proceso militar hasta su continuación en las presidencias de Menem y De la Rua, y con la complicidad del tiempo -que cumple con la labor de enterrar, de sepultar, de acercar el olvido- y porque la acción de ambas cosas lleva a ignorar quiénes fueron, qué hicieron, por qué y en qué se comprometieron y en ello se jugaron la vida para darle vida a la tierra que hoy pisamos, a la historia que vivimos.
Con respecto a la organización terrorista para-estatal, la Triple A , conviene recordar que el soporte de su accionar se basó en la utilización de asesinos como Rodolfo Almirón , ahora descubierto en una localidad cercana a Valencia, en España, a través de una investigación periodística publicada por el diario "El Mundo".
El regreso de Perón al poder no fue prende de paz. Se sucedieron entonces asesinatos como el de Constantino Razzetti, “ la invasión a Villa Constitución financiada por los empresarios de la ciudad, entre otros José Martínez de Hoz y Arturo Acevedo. De hecho, los grandes empresarios apoyaron la formación de estos grupos de tareas y lo siguieron haciendo durante el terrorismo de estado; la información en torno a la militancia social, gremial y política ya venía acumulándose desde los años sesenta; los integrantes de las patotas irregulares de principios de los setenta luego se fusionaron a través del Batallón 601 de inteligencia; y el eje de la producción de torturas, información y secuestros fueron los archivos de la Policía Federal Argentina que, increíblemente, no tiene ningún imputado en la justicia federal santafesina”. Hay que recordar quién fue Rodolfo Ortega Peña. Conviene recordar los nombres y las caras de los asesinos.
LQS. Fuenteovejuna. Febrero 2007
http://www.loquesomos.org/lacalle/memoria/OrtegaPena.htm
(1) http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-78493-2007-01-02.html - Rodolfo Ortega Peña: relato de los hechos, por Marcelo Duhalde.
(2) http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-78493-2007-01-02.html op.cit.
(3) http://www.magicasruinas.com.ar/revdesto062.htm en el círculo Salvador Horacio Paino.
(4) http://www.magicasruinas.com.ar/revdesto062.htm
Tenía 38 años cuando la Triple A lo asesinaba en pleno centro (Carlos Pellegrini y Arenales) un 31 de julio de 1974. Ese nefasto día abriría la puerta de tantas muertes la del diputado Rodolfo Ortega Peña.
Los testimonios afirman que los asesinos bajaron de un automóvil Fairlane y asestaron 23 tiros contra él. Su cuerpo quedó tendido en la calle. Ese mismo día, en otro lugar de Buenos Aires, los compañeros de Ortega Peña organizaban un homenaje a los fusilados de Trelew.
El asesinato de este joven abogado, expresión del peronismo revolucionario daba comienzo a la larga lista de crímenes de la Triple A que llevarían al golpe del 24 de marzo de 1976.
Desde antes de la muerte de Perón la situación política era mas que endeble. Los enfrentamientos entre el ala izquierda del movimiento peronista -el peronismo revolucionario- y por el otro lado la derecha compacta y peligrosa. Ezeiza había sido una muestra.
“¿Qué pasa, qué pasa, qué pasa general? Está lleno de gorilas el gobierno popular” había sido la consigna y reclamo de los jóvenes y los no tanto aquél 1º de mayo de 1974, la última oportunidad en que Perón se mostraría en público. Por toda respuesta apagó el reclamo popular con el insulto a los “imberbes”, esos “Estúpidos que gritan” a los cuales les recordó que no tenían ni portaban tradición ni historia dentro del peronismo, pero a los que –hábilmente- había utilizado desde su exilio para negociar con tirios y troyanos su regreso al país.
Ahora ya no los necesitaba..
Primero se fue Héctor “el tío” Cámpora, y uno a uno comenzaron a dejar la función pública dirigentes, y a caer fundamentales militantes populares asesinados. El gabinete se derechizaba. La influencia de “El Brujo” José López Rega era notoria.
Ortega Peña había decidido de qué lado se ubicaba, y esa decisión suya le había costado recibir amenazas y aparecer en la lista que había hecho pública la Triple A: una lista de personas a eliminar.
Era una persona respetada por su compromiso ideológico, pero mas que nada por su ética militante y su coherencia política; profesional de probada capacidad, integridad, idoneidad e inteligencia. Es decir.. era sumamente peligroso.
En los años 60 fue asesor legal de sindicatos. Había leído a Gramsci, -seguramente los complejos quaderni que aquél escribiera desde la cárcel mussoliniana-. Cuando se produjo el golpe de 1966 se jugó por la defensa de compañeros presos políticos. Precursor en la lucha por los Derechos Humanos, hizo punta con agudeza política también a través de sus escritos periodísticos –recordemos su participación en la revista Militancia-.
En 1973 asumió como diputado nacional, y se destacó por el juramento elegido: “La sangre derramada jamás será negociada”. Esta clara toma de posición se vio continuada por la formación de un bloque personal.
Cuando, tras la muerte de Perón -1/7/1974- recrudecieron las amenazas, los secuestros y los asesinatos, un grupo de amigos se acercó para convencerlo de que renunciara y se alejara del país pues peligraba su vida. Él se negó y prefirió seguir peleando desde adentro. Tampoco quiso custodia.
De aquél día en que lo mataron, un testimonio reconstruye los últimos minutos: “Un rato después, Rodolfo salió caminando del Congreso con su compañera Helena Villagra. Fueron caminando por Callao, desde Rivadavia hasta Santa Fe, y allí doblaron media cuadra hacia Riobamba donde entraron en una pizzería, de la que salieron aproximadamente a las 22.15. Con la misma confianza con la que se manejaba, Rodolfo se subió a un taxi que estaba libre parado en la puerta, aparentemente desde hacía un tiempo, y le dio la dirección adonde iban. El taxista repitió en voz alta y de manera notoria “Carlos Pellegrini y Juncal”. Pocas cuadras más adelante, Rodolfo le pidió que apagara la luz interior del coche que el chofer había dejado encendida. Estos y otros datos conocidos con posterioridad nos confirmaron la participación del taxista en el operativo para asesinar a Rodolfo. Al llegar a la calle Carlos Pellegrini y Santa Fe, el taxi dobló y otro vehículo que venía detrás, sin que los pasajeros lo notaran, se atravesó e impidió que los otros automóviles que venían pudieran avanzar por Pellegrini. Al cruzar Juncal el taxi paró y un coche que venía casi a la par se le atravesó. Bajó de él un hombre con una media de mujer en la cabeza y una ametralladora en la mano con la que disparó 23 tiros o más, 8 de los cuales fueron en la cabeza, que hicieron blanco en Rodolfo. Esto nos hizo comprobar que estaban al tanto de las conversaciones mantenidas en su despacho intentando que Rodolfo usara el chaleco antibalas que le había ofrecido el compañero Ricardo Beltrán. En 1975, ya camino a la dictadura, cuando José López Rega había terminado su trabajo siniestro de sangre y de muerte partió hacia Madrid acompañado de sus dos principales cómplices. Ellos eran Morales y Almirón”. (1)
Ortega Peña fue velado en la Federación Gráfica Bonaerense. Fue este el primer gremio nacido como Federación Tipográfica Bonaerense, el 25 de Mayo de 1857, desgajamiento (1907) de la Sociedad Tipográfica Bonaerense . Todas las corrientes políticas pasaron por ese gremio: anarquistas y libertarios eran los que en 1878, con el nombre de Unión Tipográfica, hicieron la primera huelga obrera del país. Lograron así reducir la jornada de trabajo a 10 horas en invierno y evitar el trabajo de niños en los talleres.
Los militantes gráficos enfrentaron la Ley de Residencia sancionada en 1902 para expulsar a sindicalistas extranjeros. El 3 de mayo de 1907, cuatro sindicatos se unieron para fundar la Federación Gráfica Bonaerense . La Federación participó en la creación de la CGT en 1930. Con el peronismo, a partir de 1945, el gremio se expandió y modernizó. En 1967, con la conducción de Ongaro, nació la CGT de los Argentinos, símbolo de la resistencia a Onganía. La Federación , transformada en la década de 1970 en Sindicato Gráfico Argentino, sufrió la intervención y luego el impacto de la última dictadura militar, con su secuela de desaparecidos.
Miles de personas acompañaron el féretro de Ortega Peña hasta la Chacarita, donde fueron reprimidos por la policía.
LOS RESPONSABLES
“Pasados algunos meses, el subcomisario de la Policía Federal Rodolfo Eduardo Almirón frecuentaba un local de moda en Madrid en la calle Fuencarral que se llamaba Drugstore, a pocos metros de la Glorieta de Bilbao. Allí se ufanaba de haber sido ejecutor del asesinato de Ortega Peña. A quien lo quisiera escuchar, decía sin temor que él lo había matado.
Cuando comenzó a llegar el exilio provocado por la dictadura militar de 1976, Almirón desapareció de los lugares públicos. Hasta que fue descubierto y denunciado en 1981, como jefe de la custodia del ex ministro de Franco Manuel Fraga Iribarne.
Cambio 16, la revista progresista española de ese momento, y Diario 16 de la misma editorial, le dedicaron grandes titulares y varias tapas, por lo que Almirón tuvo que sumergirse nuevamente” (2)
A Rodolfo Ortega Peña lo asesinó la Triple A. Su cuerpo fue llevado a la comisaría 15 donde estaba el comisario Alberto Villar.
Por los testimonios del ex policía Rodolfo Peregrino Fernández, -un “arrepentido” que desde el golpe del 76 había estado al lado del Ministro del Interior del Proceso Militar, Gral. Albano Harguindeguy- este ex oficial describió cómo funcionaba la estructura de la Triple A (otro testimonio proviene de Paino (3) : "La organización de la Triple A me la. encomendó a mí el señor Jorge Conti, asesor de prensa del Ministerio de Bienestar Social. La Triple A la manejaba el ministro José López Rega, pero su responsabilidad es relativa. También la manejaban sus asesores y sus enlaces. El día 3 de marzo de 1974, el señor Conti me entregó un cheque de dos millones de pesos contra Banco Nación, sucursal Bartolomé Mitre y Callao -el cheque era de Sucesos Argentinos-, y me dijo que cobrara ese dinero y que lo guardara- porque tenía que organizar un grupo para una operación comando. El 20 del mismo mes me entregó otro cheque, de tres millones, de Honegger y Compañía, la imprenta que editaba la revista Las Bases. El cheque era contra Banco Shaw, sucursal Congreso. El señor Conti me dijo que ese cheque era para pagarle a un grupo armado que tenía que matar al diputado Rodolfo Ortega Peña y al abogado Antonio Tomás Hernandez, vicepresidente de la empresa Dicon (Canal 11)” (4) Esta declaración la realizaba e l día 12 de febrero de 1976, en la cárcel de Villa Devoto, un detenido de nombre Salvador Horacio Paino, de 50 años. Declaró ante la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados
Buenos Aires y los jóvenes no pueden recordar a Rodolfo Ortega Peña tan sólo por una plazoleta que lleva su nombre (sobre Av. 9 de julio), y que hace referencia al lugar donde lo mataron. Hay que revalorizar su pensamiento, su acción, su personalidad,. Silenciada la memoria por el olvido que se impuso por decreto desde el proceso militar hasta su continuación en las presidencias de Menem y De la Rua, y con la complicidad del tiempo -que cumple con la labor de enterrar, de sepultar, de acercar el olvido- y porque la acción de ambas cosas lleva a ignorar quiénes fueron, qué hicieron, por qué y en qué se comprometieron y en ello se jugaron la vida para darle vida a la tierra que hoy pisamos, a la historia que vivimos.
Con respecto a la organización terrorista para-estatal, la Triple A , conviene recordar que el soporte de su accionar se basó en la utilización de asesinos como Rodolfo Almirón , ahora descubierto en una localidad cercana a Valencia, en España, a través de una investigación periodística publicada por el diario "El Mundo".
El regreso de Perón al poder no fue prende de paz. Se sucedieron entonces asesinatos como el de Constantino Razzetti, “ la invasión a Villa Constitución financiada por los empresarios de la ciudad, entre otros José Martínez de Hoz y Arturo Acevedo. De hecho, los grandes empresarios apoyaron la formación de estos grupos de tareas y lo siguieron haciendo durante el terrorismo de estado; la información en torno a la militancia social, gremial y política ya venía acumulándose desde los años sesenta; los integrantes de las patotas irregulares de principios de los setenta luego se fusionaron a través del Batallón 601 de inteligencia; y el eje de la producción de torturas, información y secuestros fueron los archivos de la Policía Federal Argentina que, increíblemente, no tiene ningún imputado en la justicia federal santafesina”. Hay que recordar quién fue Rodolfo Ortega Peña. Conviene recordar los nombres y las caras de los asesinos.
LQS. Fuenteovejuna. Febrero 2007
http://www.loquesomos.org/lacalle/memoria/OrtegaPena.htm
(1) http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-78493-2007-01-02.html - Rodolfo Ortega Peña: relato de los hechos, por Marcelo Duhalde.
(2) http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-78493-2007-01-02.html op.cit.
(3) http://www.magicasruinas.com.ar/revdesto062.htm en el círculo Salvador Horacio Paino.
(4) http://www.magicasruinas.com.ar/revdesto062.htm
3º MENSAJE DEL NAUFRAGIO - JULIO TROXLER
Si estás leyendo estas líneas es que ya has encontrado las botellas que he tirado al mar... Hoy vamos a hablar de Julio Troxler.
Era aquél un Buenos Aires muy distinto del actual. La cabeza de un hombre muerto que cuelga por la abertura sin vidrio de la puerta del trolebús de la línea 305 y los cadáveres de dos mujeres tendidas en el empedrado, conforman una de las fotos más terribles de aquel 16 de junio de 1955, cuando oficiales de la Aviación Naval bombardearon Plaza de Mayo en un intento por terminar con el gobierno del presidente constitucional Juan Domingo Perón que había sido reelegido sólo tres años atrás con el 68% de los votos. Hasta hoy nunca se conocieron cifras precisas sobre el número de masacrados por la metralla y las bombas lanzadas desde los aparatos de la aviación naval. El propio Perón, según algunos de los que vivieron aquella circunstancia trágica para la Argentina y su gente, se negó a que se diera a conocer el balance de muertos y heridos. El día había amanecido lluvioso; la temperatura no superaba los 4 grados y la rutina de la ciudad era la normal. A las 12.40 se arrojaron 10 toneladas de bombas que provocaron más de 300 muertos entre mujeres, trabajadores y niños. Muchos más de 50 fueron reconocidos en las morgues por sus delantales blancos. Entre quienes allí cayeron había peronistas, antiperonistas, católicos, creyentes de todo credo, ateos, todos argentinos asesinados en nombre de Cristo, de la libertad y de la democracia. (de: http://www.causapopular.com.ar/article457.html)
Comenzamos la biografía de hoy haciendo referencia a los hechos de junio del 55, pues la vida y las muertes de Julio Troxler están relacionadas con el peronismo –para la primera- y los gobiernos de facto –para las segundas-. Y si, plural, puesto que Julio Troxler –tal como se apuntara con “la” Arrostito- también sufrió dos muertes, fallida la primera, exitosa y definitiva la segunda.
Después de la furia desatada por los sediciosos (término con que los califica el artículo 22 de la Constitución Nacional) contra, básicamente, el peronismo, objeto de su ira, se promulgó aquél inolvidable y ridículo Decreto 4161 que, de no haber sido por lo trágico de sus consecuencias, resulta patético. Vieja y primita costumbre argentina: el nuevo en el poder aplasta y destruye todo lo hecho por el opositor.
La reacción frente al movimiento golpista fue la formación de un grupo de oficiales (pocos), suboficiales y civiles que se aprestaron a poner manos a la obra para volver todo al cauce institucional. La Proclama revolucionaria del Movimiento de la Recuperación Nacional, suscrita por los grales. Valle y Tanco, iba a ser leída cuando se pusieran en marcha los engranajes del movimiento gestado.
Comenzamos la biografía de hoy haciendo referencia a los hechos de junio del 55, pues la vida y las muertes de Julio Troxler están relacionadas con el peronismo –para la primera- y los gobiernos de facto –para las segundas-. Y si, plural, puesto que Julio Troxler –tal como se apuntara con “la” Arrostito- también sufrió dos muertes, fallida la primera, exitosa y definitiva la segunda.
Después de la furia desatada por los sediciosos (término con que los califica el artículo 22 de la Constitución Nacional) contra, básicamente, el peronismo, objeto de su ira, se promulgó aquél inolvidable y ridículo Decreto 4161 que, de no haber sido por lo trágico de sus consecuencias, resulta patético. Vieja y primita costumbre argentina: el nuevo en el poder aplasta y destruye todo lo hecho por el opositor.
La reacción frente al movimiento golpista fue la formación de un grupo de oficiales (pocos), suboficiales y civiles que se aprestaron a poner manos a la obra para volver todo al cauce institucional. La Proclama revolucionaria del Movimiento de la Recuperación Nacional, suscrita por los grales. Valle y Tanco, iba a ser leída cuando se pusieran en marcha los engranajes del movimiento gestado.
De allí que grupos de civiles, convocados ad hoc, se reunieran en distintos lugares a la espera de la señal convenida para recuperar el poder. Según Troxler “En cada lugar se emprendía la realización de panfletos, de pintadas y también de acciones violentas, todo acorde con la característica de cada compañero, dispuesto a encarar una u otra tarea. Era una forma de resistir a los usurpadores […sin embargo] No hubo ningún plan a nivel gremial o político para organizar la defensa. Nadie compartía la creencia de que iban a darse males mayores. La gravedad de los sucesos del 55 nos debía haber advertido - yo estuve presente en el bombardeo de Plaza de Mayo- que estos asesinos, uniformados y civiles, estaban dispuestos a cualquier cosa con tal de tener el poder. Más aún, los hechos del 55 indicaban fundamentalmente la voluntad de castigar y aterrorizar al pueblo con un baño de sangre ” .
1956
El gral. Valle confiaba en que la revolución triunfaría sin derramamiento de sangre, que sencillamente, había que hacer que la gente acudiera a la Plaza de Mayo y con su acto de presencia respaldara el regreso de Perón al país. Como en un nuevo “17 de Octubre” la participación popular sería el fiel de la balanza.
Pero las cosas no resultaron así. El coronel (R. ) Desierto Fernández Suárez, Jefe de Policía de la provincia de Buenos Aires fue el responsable de las detenciones. Civiles y militares en los lugares elegidos para emprender la acción que consagraría el regreso de las instituciones al cauce democrático, fueron cayendo apresados. El jefe de la Unidad Regional de San Martín, era Rodríguez Moreno.
Los grupos de civiles y militares que respondían a Valle fueron cayendo en manos de las fuerzas leales al gobierno golpista que, sin siquiera un juicio sumarísimo y, en muchos casos, habiendo sido detenidos cuando no estaba en vigencia la pena de muerte, fueron fusilados cobardemente.
Es el caso de Troxler, quien fue detenido junto a: Carlos Livraga, Reinaldo Benavídez, Norbero Gavino, Miguel Angel Giunta, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Horacio di Chiano, Rogelio Díaz, Carlos Lizaso, Juan Carlos Torres, Mario Brion, Vicente Damián Rodríguez.
Ese día de junio, Troxler llega a la casa de Florida en que tendrá lugar el comienzo del drama. Cuando llama a la puerta, ésta se abre de golpe y lo atienden un sargento –a quien él conoce- y dos vigilantes quienes le apuntan con sus armas. Troxler apenas se inmuta pues, a pesar de sus 29 años, hay en él cierta vocación militar que lo llevó a ingresar como oficial en la policía bonaerense, si bien, disiente con ciertas prácticas, se retira de la fuerza.
Luego todos los detenidos son subidos a un camión, se les informa escuetamente que serán conducidos a La Plata. La realidad es que ya pesaba sobre ellos la orden de fusilamiento, y en lugar de ir camino a La Plata el destino serán los basurales de José León Suárez. Troxler, quien conoce el lugar, se da cuenta que no los llevan hacia La Plata sino que van en sentido contrario. Por un momento cree que van para Campo de Mayo, pero cuando el camión se detiene en los basulares de José León Suárez, aprovecha cierta estupefacción de los policías que vigilan, para atropellar contra ellos y escapa. La suerte corrida por los demás serían las balas. Pocos sobreviven para contarlo, 7 en total.
El hecho de que Troxler –entre otros pocos- se hubiera salvado, le permitió al periodista Rodolfo Walsh reconstruir los hechos en una insuperable obra que tituló “Operación Masacre” y que, llevada al cine, contó con la participación de Julio quien, además de representar su propio papel, era quien relataba ciertas partes de los hechos.
Troxler se exilió primero en Bolivia, pero continuará luego su militancia en la resistencia peronista.
Con la vuela del peronismo al gobierno, en la provincia de Buenos aires llega a la gestión como gobernador el Dr. Oscar Bidegain, quien simpatizaba con la “Tendencia”, es decir, con el ala izquierda del peronismo. Durante esa gestión Julio Troxler se desempeñará como Jefe de la Policía de la Provincia hasta que renuncia.
20 DE SETIEMBRE DE 1974
Julio Troxler fue asesinado en plena calle una mañana de iba a la Facultad de Derecho donde trabajaba. En ese momento tenía 52 años.
Se lo llevaron a Barracas en un Peugeot 504 color negro con cuatro hombres en el interior. El coche ingresó por la calle Arcamendia hasta desembocar frente al elevado paredón de ladrillos que limita con el terraplén ferroviario. En ese momento, los ocupantes del coche lo obligaron a bajar y le ordenaron caminar hacia la calle Suárez en el mismo sentido del vehículo. Julio caminó unos pasos con las manos atadas a la espalda y cayó fulminado por una ráfaga de ametralladora disparada de un auto. Lo mataron en el pasaje Coronel Rico de Barracas. Horas más tarde un comando de las AAA se atribuía el hecho criminal enviando una foto a la prensa del documento que habilitaba a Julio Troxler a ingresar a la residencia del general Perón en la calle Gaspar Campos de Vicente López. El comunicado de la Triple A decía: “La lista sigue. Murió Troxler y el próximo, para rimar, será Sandler”. Se hacía referencia con esto a una lista que habían difundido con anterioridad con los nombres de Rodolfo Orteña Peña, Curuchet, López, Troxler, Sandler, Sueldo, Bidegain, Cámpora, Laguzzi, Betanín, Villanueva, Firmenich, Caride, Taiana, Añón y Arrostito.
Troxler militaba en espacio del peronismo revolucionario en el que se encontraban, además, Envar el Kadri, William Cooke y Gustavo Rearte.
Troxler, una de las víctimas de la Triple A, es hoy una de las claves que sigue la Justicia para citar a Isabel Martínez de Perón en el marco de la causa judicial por los asesinatos de dicha organización.
LQS. Fuenteovejuna. Febrero 2007
MENSAJES AL MAR... CONTRA EL OLVIDO
Contra el Olvido.
Decía aquél grande de la historia, Heródoto de Halicarnaso, que rescataba los hechos de los hombres para evitar que cayeran en el olvido. Que no fueran olvidados por su importancia, o porque pudieran servir de guía, de ejemplo, a las generaciones futuras. Que dichas generaciones pudieran conocer lo que otros hombres, en otro tiempo, habían hecho a favor de otros humanos.
La amnesia, el desconocimiento, sería entonces para la Humanidad, como andar a tientas, ciegos, en un mar de inquietudes, de errores, sin norte, y básicamente sin raíces. Porque la trascendencia a través de los legados culturales, refuerzan nuestra pertenencia; de los ejemplos se toma referencia para estar bien plantados frente a los problemas y a sus soluciones. Saber que existió una bomba atómica nos precave contra futuras construcciones bélicas; conocer cuál fue el resultado de la 2º Guerra Mundial nos alerta sobre las consecuencia de una guerra... y así podríamos citar muchos otros ejemplos.
¿A quién le convendría la desmemoria? la falta de conexión con el conocimiento de nuestro conlleva una profunda ruptura social pues corta, aniquila, "desaparece" la continuidad del proceso histórico. No sabemos de dónde venimos, luego no es concreto elaborar quiénes somos. Reproduzco, a continuación, palabras del Dr. EDUARDO LUIS DUHALDE de su escrito: " RODOLFO ORTEGA PEÑA (1936-1974) MODELO PARA ARMAR. 11/7/2003 pues continuan mi idea: "(El desconocimiento histórico) se inscribe en un desconocimiento más amplio y general. El ejercicio del olvido al que han sido condenados los argentinos desde el 24 de marzo de 1976 hasta el presente y los artilugios desarrollados para obliterar el pasado con el ejercicio interesado de la desmemoria, forman parte del esfuerzo por ocultar dos décadas intensas y profundas durante las que los jóvenes de entonces (entre los que me incluyo) se plantearon con profundo sentido solidario y colectivo ligar sus vidas con la búsqueda de un mundo mejor, más justo e igualitario, aun a costa de los mayores sacrificios. A su vez, el olvido no es sólo derogación de la memoria. Tiende a colocar en su lugar una mítica narración del pasado: el silencio ha dado lugar a formas de normalización falsificadas, a través de una unívoca interpretación oficial. Se sustituye la cultura social -que actúa como conciencia crítica - deslizándose el sentido conceptual del pasado a través de la opacidad del presente, resignificando la temporalidad rica y múltiple del saber crítico hasta llegar a la clausura de su significación: ninguna cuestión que pudiese plantearse carece de respuesta dentro del propio sistema articulado por la teoría de los dos demonios como eje de una suerte de fundamentalismo democrático"
BOTELLAS CON MENSAJES DEL NAUFRAGIO... POR LA MEMORIA
Al rescate de la memoria.Como en aquella obra de Leopoldo Marechal "Megafón o la guerra" hacemos nuestras las palabras:
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