Estos resultados (finales) permiten extraer múltiples conclusiones.
Quisiera detenerme en una frase pronunciada por el candidato Binner quien destacó el crecimiento del FAP y supone que esa fuerza es "la segunda fuerza en Argentina", constituyéndose en el "principal partido opositor". A esas palabras se encabagaron algunos de los periodistas no-militanes para seguir "construyendo" un candidato opositor.
La realidad es que no hay (todavía) NINGÚN candidato opositor a la altura de las circunstancias.
Binner salió en segundo lugar (muy lejos de la primera) sólo en 8 provincias y en el distrito Capital. Alfonsín, por su parte, le ganó a Binner obteniendo el segundo lugar en 10 provincias, en tanto que Rodríguez Saa ocupó el segundo lugar en 4 provincias y Duhalde sólo 1.
Binner se arroga el "segundo lugar" por crecimiento de votos, pero viene de perder en su propia provincia.
Todos juntos, los actuales opositores, no alcanzan a sumar el porcentaje obtenido por la Cristina Fernández.
Todos juntos, los actuales opositores, no tienen propuestas qué ofrecer de manera positiva para poder ocupar el lugar de opositores, mucho menos para que alguno de ellos se autotitule "jefe" de la oposición.
Dan verguenza ajena.