DEL RIDÍCULO NO SE VUELVE.
Mientras el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se divierte en los escenarios tratando de ponerle la onda de la cual carece, y se cuelga un bajo desenchufado, pretende darle un toque amable a la campaña de sus candidatos. Es el viejo truco: en los medios que jamás han escrito una línea acerca de su horrible gestión de gobierno sólo tiene cabida la imagen sonriente de un empresario "exitoso", la pancita de su actual mujer, su elegante residencia, la inauguración de alguna "skate-plaza" o cantarle loas a las bicisendas. Todo cartón pintado para tapar lo que NO HACE.