Ricardo Angoso se define en twitter como contrarrevolucionario. No hacía falta que lo aclarara, es muy obvio. En su sitio se despacha contra las gestiones pacíficas de Argentina por la recuperación de Malvinas, pone en un pie de igualdad gobiernos de dictadura y gobiernos con el respaldo del 54,11% de la población y el pedido de dar una oportunidad a la paz solicitado por la Presidenta Cristina Fernández es "bravuconada peronista", en la nota insulta la investidura presidencial desde una pluma mercenaria, digna de integrar el equipo periodístico al lado de Lanata, Majul, Grondona, etc.
Argentina y el contencioso de las Malvinas
CRÓNICA DE UNA DERROTA ANUNCIADA DE ARGENTINA EN EL CONTENCIOSO DE LAS MALVINAS
POR RICARDO ANGOSO
El desconocimiento de la historia, de
que hace gala exhibiéndolo sin ningún pudor ante los medios de
comunicación y la comunidad internacional la presidenta de Argentina,
Cristina Fernández, va a llevar a un nuevo fracaso político y
diplomático a las tentativas argentinas por desbloquear el largo
contencioso de las islas Malvinas o Falkland para los británicos.
Conviene recordar que la derrota militar de 1982 no fue sólo un desastre
en términos bélicos, sino que fue el lógico desenlace de toda una
catarata de desafortunadas iniciativas políticas y diplomáticas
fallidas.
Por ejemplo, el gobierno argentino
de entonces, que presidía el general Leopoldo Fortunato Galtieri, no
supo calibrar el escaso apoyo internacional con que contaba, el nexo
indisoluble y secular de los Estados Unidos con el Reino Unido y el
escaso eco de sus demandas tanto en América Latina como en Europa. Así
fue posible que los ingleses contaran en la Operación Corporate que les
llevó a la recuperación de las islas con el apoyo de Washington, la
Unión Europea (Comunidad Económica Europea de entonces), la OTAN e
incluso algunos países americanos, como Chile, Guayana y Uruguay, se
mostraron más cerca de las posiciones británicas que las argentinas.
Chile incluso prestó inteligencia y logística a los británicos.
La Operación Rosario, que fue puesta
en marcha por las Fuerzas Armadas argentinas para tomar por la fuerza
las Malvinas, acabó resultando un absoluto fracaso, ya que el ejecutivo
inglés reaccionó y apostó por la opción militar para volver a la
situación previa a la ocupación; es decir, el retorno a la soberanía
británica.
Luego la escasa voluntad de Buenos
Aires por aceptar una solución “cocinada” por los Estados Unidos, que no
deseaba en plena Guerra Fría que dos de sus aliados se implicaran en
una guerra, fue otro error total y garrafal, ya que no era una mediación
lo que estaban tratando de imponer los norteamericanos sino que era un
ultimátum a los militares argentinos. Buenos Aires no lo entendió así y
su error de cálculo desembocó en una derrota estrepitosa. El rechazo de
Galtieri al ultimátum también propició la consiguiente caída del
régimen militar. Galtieri, en definitiva, pensaba que recuperando a las
Malvinas salvaría al gobierno, pero no fue así y perdió las dos cosas,
acabando sus días como un personaje de tragedia griega: abandonado,
arrestado y solo. (de los crímenes de lesa humanidad este periodista no habla)
Para echar un pulso como el que está
echando Cristina Fernández al Reino Unido hace falta, primero, pulsar a
la comunidad internacional acerca de esta cuestión y, en segundo lugar,
analizar, más allá de la pueril propaganda y las bravuconadas
peronistas, las verdaderas razones argentinas acerca de la legitimidad
de las islas. No se trata de apostar a verdades supremas, sino de tratar
de llegar a una visión del conflicto que sea objetiva, tenga
legitimidad en el derecho internacional y sea vista como una causa justa
y defendible en el exterior. Los exabruptos del peor estilo, como
exhibe la presidenta argentina en estos días, es quizá más una cortina
de humo para ocultar otras cosas; tampoco van a ayudar mucho a que la
comunidad internacional sea más receptiva acerca de su causa. No por
mucho gritar se tiene más razón. (que los británicos hayan usurpado las islas en 1833 no es parte del conocimiento histórico de este periodista, tampoco sabe nada de historia del siglo XIX y de la expansión imperialista)
EL PEOR DE LOS CAMINOS
Como se dice vulgarmente, para lanzarse a
la piscina hay que comprobar previamente si hay agua y si no la hay,
mejor no lanzarse. Una de las virtudes de las que carece la presidenta
argentina, junto con su torpe y diría que casi bisoña diplomacia, es la
prudencia. Lanzarse a hacer acusaciones sin fundamento, como un supuesto
armamento nuclear británico que se dirige hacia las islas, (Cristina aclaró este tema, se nota que el periodista no se informa) es muy
grave, de una irresponsabilidad que raya en la histeria. Se puede ser
ignorante, pero no actuar con irresponsabilidad.
Que la mayoría de los argentinos
esté con su presidenta no es óbice para que el ejecutivo esté
absolutamente errado en el tiro. También los alemanes votaron por los
nazis y los venezolanos por Chávez; la democracia y la mayoría no eximen
de hacer tonterías, e incluso payasadas como el sátrapa de Caracas, y
llevar a un país al desastre e incluso a la derrota en la guerra.
La presidenta argentina, que muestra
en estos días una falta de tacto diplomático y desconocimiento del
funcionamiento de la sociedad internacional inadmisible para una
mandataria de una de las primeras naciones de América Latina, ha optado
por el peor de los caminos, desautorizando sus supuestas razones por la
forma en que las defiende. La forma en que lo hace deslegitima al fondo:
la supuesta legitimidad argentina -en la que yo creo- sobre las islas
Malvinas (cree en la supuesta, cómo????). Ignora Cristina Fernández lo que dijo el general chino
Sun Tzu, en su célebre obra El arte de la guerra, quien afirmó que “la
guerra había que ganarla antes de declararla o de que existiera en sí
misma”.
Habría echado falta un diseño
político y diplomático previo a la crisis que no ha habido. Argentina
parece desconocer el peso internacional del Reino Unido en la escena
internacional, pero especialmente en las Naciones Unidas, la Unión
Europea, la OTAN e incluso en América Latina, mientras que la diplomacia
argentina, a merced de las payasadas del matrimonio bufonesco de los
Kirchner con los Chávez, Castro y el resto de la comparsa bolivariana,
es el hazmerreír de medio mundo, por no decir del universo entero.
Cristina Férnández, que seguramente no ha leído a Karl von Clausewitz, desconoce que “la guerra es la continuación de la política por otros medios»,
pero primero se comienza con la política y después se pasa a la acción,
no confundamos los términos y el orden de los mismos. Es más que seguro
que Argentina saldrá debilitada de esta crisis, como en el 1982, y el
Reino Unido fortalecido y robustecido internacionalmente. Y es que no se
debe confundir el apoyo popular con la victoria en los foros
internacionales, incluyendo aquí a la Organización de Estados Americanos
(OEA), donde los británicos tienen todo a su favor y la diplomacia
argentina de charanga y pandereta siguiendo a la orquesta chavista tiene
perdida de antemano una batalla mal planteada. Veremos qué pasa.
RICARDO ANGOSO es analista
internacional, periodista y sociólogo. Su último libro publicado es
“Chávez perdió: Honduras se salvó”. Actualmente es el corresponsal de la
revista Cambio 16 en Colombia y colabora, desde Bogotá, con el Grupo
Atenea.
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