En 1906, Santiago Ramón y Cajal recibió el Premio Nobel de Medicina.
'El había querido ser artista pintor.
Su padre no lo dejó, y no ptuvo más remedio que convertrse en el científico español más importante de todos los tiempos.
Se vengó dibujando lo que descubría. Sus paisajes del cerebro competían con Miró, con Klee:
-El jardín de la neurología brinda emociones artísticas incomparables- solía decir.
Él disfrutaba explorando los misterios del sistema nervioso, pero más disfrutaba dibujándolos.
Y todavía más, más todavía, disfrutaba diciendo a viva voz lo que pensaba, a sabiendas de que eso iba a darle más enemigos que amigos.
A veces pregunaba, sorprendido:
-¿No tienes enemigos? ¿Cómo que no? ¿Es que jamás dijiste la verdad, ni jamás amaste la justicia?"
de Eduardo Galeano.
LA YAPA
En estos pagos, más concretamente en Santiago del Estero, en el año 1906 nacía otro enamorado de la neurociencia, otro Ramón.
Ramón Carrillo.
Y un historiador que dedicó muchas horas de su vida para recuperar al sanitarista, su obra, su destino. Vean el video.
http://www.youtube.com/watch?v=hl3_ABA10M4