"Durante cuatro siglos, el África negra se especializó en la venta de carne humana. Según la división internacional del trabajo, su destino era producir esclavos para el mercado mundial.
En 1720, un rey se negó.
Agaja Trudo, rey de Dahomey, incendió los fortines europeos y arrasó los embarcaderos de esclavos.
Durante diez años, soportó el acoso de los traficantes y los ataques de los reinos vecinos.
Más, no pudo.
Europa se negaba a venderle armas si no pagaba en moneda humana."
De Eduardo Galeano.
LA YAPA
Los esclavos eran embarcados pero pasaban por aberrantes torturas y humillaciones. Primero el palmeo o revisión de la propiedad (esclavo) en busca de posibles
defectos físicos. Una vez verificada las buenas condiciones físicas del
esclavo, se procedía con el sello candente. La carimba era el sello de fuego con que eran marcados como animales. Este procedimiento era frecuente para los esclavos que eran traídos desde África.
La marca con el hierro candente (la carimba) servía para garantizar la propiedad del esclavo. Si se escapaba y lo recapturaban (evitando que se convirtiera en cimarrón) eran fácilmente reconocibles por la marca.