"En 1815, Napoleón Bonapare se fugó de su prisión en la isla de Elba y emprendió viaje a la reconquista del trono de Francia.
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Pero por fin el rey huyó, nadie murió por él, y Napoleón se sentó en el trono sin disparar ni un tiro.
Entones el mismo diario pasó a informar que la feliz noticia de la entrada de Napoleón en la capital ha provocado una explosión súbita y unánime, todo el mundo se abraza, las vivas al Emperador llenan el aire, en todos los ojos hay lágrimas de alegría, todos celebran el regreso del héroe de Francia y prometen a Su Majestad el Emperador la más profunda sumisión".
de Eduardo Galeano
LA YAPA
Caramba... vaya coincidencias...