lunes, 27 de mayo de 2013

Un raro acto de cordura

20 de mayo
"En 1998, Francia dictó la ley que redujo a treinta y cinco horas semanales el horario de trabajo.
Trabajar menos, vivir más: Tomás Moro lo había soñado, en su Utopía, pero hubo que esperar cinco siglos para que por fin una nación se atreviera a cometer semejante acto de sentido común.
Al fin y al cabo ¿para qué sirven las máquinas si no es para reducir el tiempo de trabajo y ampliar nuestros espacios de libertad? ¿por qué el progreso tecnológico tiene que regalarnos desempleo y angustia?
Por una vez, al menos, hubo un país que se atrevió a desafiar tanta sinrazón.
Pero poco duró la cordura. La ley de las treinta y cinco horas murió a los diez años"
De Eduardo Galeano


LA YAPA
Ned Ludd había sido un precursor.
Ned Ludd habría sido un trabajador británico (fines siglo XVIII-comienzos XIX) tal vez su nombre pudo ser un seudónimo que, como mecanismo de protesta rompió varias máquinas textiles. Su acción constituyó la base del movimiento luddita, de oposición al maquinismo y a toda forma de tecnología durante la Revolución Industrial.  Sus seguidores se llamaban ludistas o luditas. El ludismo representó las protestas de los obreros contra las industrias por los despidos y los bajos salarios ocasionados por la introducción de las máquinas. Estas revueltas eran desorganizadas y los obreros atentaban contra las máquinas destruyéndolas focalizando en ellas la culpa por su desempleo.