
Una multitud acompañaba, calla,a el paso de Jesucristo y los soldados romanos que lo iban castigando a latigazos.
Y una voz rompió el silencio.
Montado en los hombros de su padre, Marcos Rabasco gritó al azotado:
-¡Defiéndete! ¡Defiéndete!
Marcos tenía dos años, cuatro meses y veintiún días de edad"
De Eduardo Galeano
LA YAPA
La indignación crece desde el pie. Crece desde que vemos las grandes injusticias.