domingo, 21 de abril de 2013

Las pinturas negras

15 de abril
"En 1828, Francisco de Goya murió en el destierro.
Acosado por la Inquisición, se había marchado a Francia.
En su agonía, Goya evocó, entre algunas palabras incomprensibles, su querida casa de las afueras de Madrid, a orillas del río Manzanares. Allí había quedado lo mejor de él, lo más suyo, pintado en las paredes.
Después de su muerte, esa casa fue vendida y revendida, con pinturas y todo, hasta que por fin las obras, desprendidas de los muros, pasaron al lienzo, En vano fueron ofrecidas en la Exposición Internacional de París. Nadie se interesó en ver, y muchos menos en comprar, esas feroces profecías del siglo siguiente, donde el dolor mataba el color y sin pudor el horror se mostraba en carne viva. Tampoco el Museo del Prado quiso comprarlas, hasta que a principios de 1882, entraron allí por donación.
Las llamadas pinturas negras ocupan, ahora, una de las salas más visitadas del museo.
-Las pinto para mí- había dicho Goya.
Él no sabía que las pintaba para nosotros."
De Eduardo Galeano.

LA YAPA
Francisco José de Goya y Lucientes