jueves, 30 de abril de 2009

EL GOBIERNO MEXICANO LO SABÍA. LA MULTINACIONAL LO SABÍA. SE LES FUE DE LAS MANOS?


No es paranoia, es la lógica de las multinacionales por incrementar ganancias y dar cumplimiento a la ley capitalista de la acumulación.
El capitalismo moderno hace fortuna y acumula sobre la prosperidad o sobre la crisis, lo mismo da. Las consecuencias, las víctimas, no son mas que daños colaterales. Esta vez se les fue de las manos y las víctimas se extienden por el planeta.

Transnacional de cría de cerdos, bajo sospecha
¿De dónde llegó la influenza porcina? No está claro aún. Pero los datos empiezan a fluir. Una pista conduce a Perote, Veracruz

Transnacional de cría de cerdos, bajo sospecha
Victor Calderon, director de Granjas Corroll de Mexico, en uno de sus corrales en Xicaltepec, Veracruz.
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Carlos Macías Richard
El Universal

Miércoles 29 de abril de 2009
El actual brote epidémico que ha alterado la vida de todos los habitantes del país seguramente reunirá muchas historias y dramas personales y familiares, que emergieron tan repentinos como incomprensibles. Sin embargo, existen demasiados hilos que alientan a empezar a reconstruir con calma (para efectos de aprendizaje social) el origen y la evolución de la epidemia. Las líneas siguientes podrían ser una pequeña parte del rompecabezas que, entre todos, comenzaremos a armar.

Smithfield es la más importante compañía global de procesamiento de alimentos derivados del cerdo. En su momento, fue la primera compañía de su género en Estados Unidos en obtener la certificación ambiental ISO 14001, en su doble operación como productora de cerdos y procesadora de alimentos derivados. Por ello, el subtítulo de sus productos está enderezado a transmitir confianza: Good food. Responsibly.

Su origen se remonta a 1936 cuando Joseph Luter instaló en la localidad virginiana de Smithfield una pequeña empacadora de tocino y jamón. Pero su encumbramiento contemporáneo, diríamos global, apenas data de 1999, cuando adquirió a su competidor Corroll’s Foods (para formar Smithfield Foods) y expandió su negocio al rentable segmento de la producción de pavos, donde de inmediato se convirtió en el principal contrincante de la no menos omnipresente compañía Tyson.

La compañía global Smithfield cotiza en la bolsa de Nueva York con el ticker SFD y participa en el índice de la llamada nueva economía (Nasdaq). Sus acciones cayeron el lunes poco más de 10%, en una jornada que también arrastró a Tyson (-9%). Recordemos que la costumbre de los inversionistas en bolsa es comprar acciones con el rumor y venderlas con la noticia.

Pues la noticia es que Smithfield es propietaria también de Carroll’s Food. Y que ésta es copropietaria (en el esquema joint venture) de la productiva granja Carroll, ubicada en el valle de Perote. Mucho se menciona que la granja Carroll posee las instalaciones más tecnificadas del país para la cría porcina. Los socios mexicanos de Smithfield en la granja Carroll, por su parte, no son empresarios menores. Se trata de los mismos accionistas de Agroindustrias Unidas de México, una de las mayores cosechadoras y exportadoras de café mexicano (Veracruz y Chiapas).

La granja Carroll permanecía cuestionada por los habitantes de la región colindante con el Cofre de Perote al menos desde 2007, debido al manejo inadecuado de sus desechos. La más reciente expansión de sus operaciones de procesamiento fue anunciada en Veracruz en diciembre de 2007. Apenas en octubre de 2008, para honrar su compromiso medioambiental, entregó al gobernador del estado 500 mil pesos para apoyar la campaña Fidelidad Forestal (en Veracruz, por ocurrencia folclórica, a todo programa se le etiqueta como Fidel). En enero de ese año, el gobernador inauguró el nuevo digestor e incinerador de la granja Carroll.

Los agudos problemas respiratorios de numerosos habitantes del valle de Perote iniciaron durante la segunda quincena del pasado marzo (2009). Nos parece oportuno agrupar la siguiente información para plantearnos, con tal fundamento, las preguntas que todo mundo nos hacemos.

1. Las autoridades de salud de Veracruz actuaron con inusitada celeridad para analizar los resultados de la afección de finales de marzo en la población afectada (congregación Las Glorias). Aún más, esas mismas autoridades actuaron con incomparable rapidez para aliviar y erradicar la enfermedad en la congregación.

2. El experto James Wilson (consultor de la empresa estadounidense de alerta biotecnológica Veratect) apareció, también, en fecha reveladoramente temprana en el caso de la afección respiratoria en Las Glorias. (No se trató de un consultor cualquiera: para estimar la importancia internacional del trabajo de Wilson habría que señalar que es uno de los científicos que suelen comparecer ante el comité de seguridad interna del Congreso en EU.) Pues bien, Wilson entregó los resultados de laboratorio sobre el agente de infección en la población veracruzana alrededor del 30 de marzo. Poco después de esta detección en México y en EU, Veratect alertó sobre este brote a la OMS, al centro responsable de control de enfermedades de EU (CDC) y a la Cruz Roja Internacional (Veratect no indica que haya alertado al gobierno de México). Algunas preguntas que inquietan son: ¿Veratect sensibilizó de la relevancia del hallazgo al gobierno de Veracruz y/o al gobierno de México? En caso negativo, ¿por qué no lo hizo? ¿Acaso el análisis de Veratect y Wilson fue solicitado y encauzado de manera central por la compañía de cerdos, y no tanto por el gobierno de Veracruz? ¿Los resultados fueron consultados y atendidos centralmente por la empresa, y ésta procuró también, de inmediato, la atención y el tratamiento a los enfermos?

3. Debido a que de diciembre de 2005 a enero de 2009 habían aparecido en EU al menos 12 casos aislados de influenza porcina, de acuerdo con el CDC, abundan desde entonces diversos documentos sanitarios en línea que advierten que el subtipo A del H1N1 (influenza porcina) es notablemente más sensible si es tratado sólo con zanamivir o oseltamivir; y no con las sustancias empleadas tradicionalmente para el subtipo de influenza A (amantadine y rimantadine).

4. Muy probablemente los propietarios y directivos globales de Smithfield, accionistas de la granja Carroll, también sabían del riesgo sanitario latente, por lo que no debe descartarse que tuvieran siempre a la mano, en las mismas oficinas de la granja veracruzana, altas dotaciones de cajas de 10 cápsulas con el milagroso oseltamivir (es decir, de Tamiflú de la suiza Roche, justo para las dosis individuales de cinco días cada 12 horas: asunto arreglado en el mismo domicilio). Debido a esa misma experiencia en el tratamiento a pacientes en EU (2005-2009), los escasos pacientes que aparecieron en California y en Texas a finales de marzo y principios de abril del año actual fueron puntualmente tratados y aliviados.

5. La población de Las Glorias enfermó y… alivió a principios de abril. El 2 de abril (¿ya con algunos resultados de laboratorio que entregó Wilson?), el secretario de Salud de Veracruz, Manuel Lila de Arce, señaló: “No es epidemia, no es influenza, se está fumigando porque puede haber algún otro roedor, mosco no hay ahí, pero se trata de evitar que haya alguna proliferación de otra enfermedad que no sea propiamente ésta” (¿cuál?). Sin embargo, aceptó que en Las Glorias se debió establecer y mantener por días un cerco sanitario. (¿acaso resultó suficiente el cerco?). Ello debido a que el número de afectados fue de “30% de los cerca de 2 mil 500 habitantes de esta congregación”, que “tenían síntomas de infecciones respiratorias”.

6. El gobierno del estado ha señalado después del 23 de abril que, entre los enfermos de Las Glorias, sólo un niño de cinco años dio positivo el examen de influenza porcina (H1N1), y que éste se recuperó sin problemas. Todavía el fin de semana pasado el gobernador fue a visitar al infante (Edgar Hernández) a su casa para mostrar públicamente que no había efectos de la fiebre porcina en el estado. El domingo 26 de abril, algo parecido se apresuró a difundir Smithfield en su página web global, para destacar que “ninguno de los trabajadores ni de los animales de la granja Carrol” tenía ninguna enfermedad asociada con la influenza porcina.

Las preguntas son oportunas: ¿qué medicina le suministró el gobierno estatal al niño que adquirió influenza porcina y al resto de los enfermos “con resfriado”, habitantes de Las Glorias? ¿Quién recomendó al gobierno estatal el uso de esa medicina (una medicina que resultó tan eficaz, y que no pudo ser empleada en pacientes con síntomas similares en Oaxaca, en el DF y en San Luis Potosí)? ¿Qué medicina suele mantener en el botiquín una celosa empresa global de producción de cerdos, para ofrecer y suministrar a sus empleados en casos de emergencia?

La respuesta, probablemente, forme parte de una madeja de explicaciones que tiene largos hilillos, que llegan al índice Nasdaq.

Investigador de tiempo completo del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, CIESAS
http://www.eluniversal.com.mx/notas/594485.html