sábado, 2 de agosto de 2008

4 DE AGOSTO. EL MARTIRIO SEGUN ANGELELLI

botella al mar nº 18


MARTIRIO DE MONSEÑOR ANGELELLI.

DE: http://www.claretianos.org.ar/angelelli/home.htm

VIDA

En febrero de 1976 fueron detenidos en Mendoza el vicario general de la Diócesis riojana, Mons. Esteban Inestal junto a dos dirigentes del Movimiento Rural, Rafael Sifre y Carlos Di Marco. Luego del golpe de estado del 24 de marzo se intensificó el control y seguimiento a los miembros de la iglesia, en el marco de la represión desatada por la dictadura militar.

Monseñor Angelelli levantó su voz para denunciar las violaciones a los derechos humanos e hizo conocer al episcopado la persecución de que era objeto la iglesia en La Rioja. Hizo gestiones ante las autoridades militares, incluso ante el Comandante del III Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez. “El que se tiene que cuidar es Usted” amenazó el militar.

PASION

Ante la inseguridad, Angellelli aconsejó a sacerdotes, religiosos y laicos abandonar la Diócesis para protegerlos, pero no aceptó la invitación de Obispos latinoamericanos para un encuentro en Quito, Ecuador. “Tengo miedo, pero no se puede esconder el Evangelio debajo de la cama”, confesó a sus familiares que vislumbraban el trágico final.

La represión se agudizó. Fueron detenidos el P. Eduardo Ruíz de Olta y el P. Gervasio Mecca, de Aimogasta. El 18 de julio fueron secuestrados, torturados y asesinados los padres Gabriel Longueville y Carlos Murias, de Chamical. El 26 de julio ametrallaron en la puerta de su casa al laico campesino Wenceslao Pedernera, en Sañogasta.

muERTE

Y cuando, el 4 de agosto Mons. Angelelli, junto al P. Arturo Pinto, retornaba a la capital de La Rioja,a luego del novenario a los sacerdotes asesinados en Chamical, a la altura de Punta de los Llanos, su camioneta fue embestida por un auto Peugeot 504, que le provocó el vuelco.

El cuerpo del Obispo fue sacado y su nuca golpeada contra el asfalto, quedando su corpulenta figura extendida con los brazos abiertos sobre la ruta.

Aunque se intentó ocultar el crimen, como un “accidente automovilístico” y la investigación judicial iniciada fue enseguida archivada, en 1983 la causa se reabrió.

En 1986 el juez Aldo F. Morales dictaminó que la muerte de Mons. Angelelli fue un “Homicidio fríamente premeditado”; debiéndose identificar los autores.

En 1989, los altos jerarcas de las Fuerzas Armadas implicados en el crimen fueron beneficiados por las Leyes de OBEDIENCIA DEBIDA y PUNTO FINAL del gobierno de RAUL ALFONSÍN, las que consagraron la impunidad para las violaciones de los DERECHOS HUMANOS.

El pueblo creyente, que desde el mismo 4 de agosto tuvo el convencimiento de que se había tratado de un asesinato, todavía espera que el episcopado argentino reivindique el martirio de Mons. Angelelli, rompiendo el silencio de 25 años.